¿En realidad creemos O es una pantalla de nuestra propia incapacidad? ¿En realidad creemos O somos cobardes huyendo de nuestra verdad? ¿En realidad creemos O somos el coro de otras voces pretendiendo ser lo que no somos? ¿En realidad creemos en qué creemos? ¿Dónde fijamos nuestros ojos? ¿Cuáles son nuestras expectativas? ¿En dónde está fundamentada nuestra fe? ¿Creemos O somos simples páginas escritas por una mano que no es la de Dios? ¿Cuál es tu fundamento? ¿En dónde se ancla tu fe O somos simples veletas movidas por el viento?

De eso se trata creer. De una fe no negociable, de una esperanza inamovible, de la certeza, de la convicción; que por encima de uno mismo, aquello que fue pensado y gestado en el corazón del Altísimo es. El creer fue la fuerza invisible que movió a Ana a ver por encima de su vientre estéril al primer profeta, a Samuel. El creer motivó a Deborah a enfrentar a Sisara a pesar de la cobardía de Barac. El creer consoló el corazón de Marta ante la muerte de su hermano Lázaro, recibiendo como recompensa su resurrección. El creer abrió los ojos de Moisés frente al Mar Rojo, para ver un pueblo salvo en la otra orilla, antes que fuera dividido en dos. Es que de eso de trata. De saber que Dios es, que está y estará a pesar de…. ¿Y tú crees?

Ten presente que Cristo viene

 

Pastora Iris N. Torres Padilla