Noche de testimonios, noche de adoración para aquel que ha prometido estar con sus hijos donde quiera que vayan. Promesa palpada por aquellos jóvenes miembros de la Sociedad, que dedicaron una semana de sus vidas para pregonar las buenas nuevas de salvación en el país de Guatemala junto al grupo de Avivamiento. Regocijo, transformación, milagros, urgencia e identidad, son solo algunas palabras que abarcaron el sentir de estos jóvenes.
Cada uno de ellos tuvo la oportunidad, no solo de compartir lo que sus ojos vieron suceder en la vida de los guatemaltecos, sino lo que ellos mismos experimentaron en sus vidas. Para algunos, su primer viaje, para otros no, pero si en algo coincidieron estos jóvenes fue en el adquirir una nueva identidad, sentirse hijos de Dios. Entender que no importando las circunstancias, el pasado, sus faltas, los miedos, el Señor les estaba esperando con los brazos abiertos para cumplir su perfecta voluntad en ellos. Regocijo por ver cómo eran útiles en las manos de Dios, el apreciar como el rostro de las personas era transformado visiblemente y al instante de culminar la oración del pecador, arrepentido. Ver milagros acontecer; como niños caminaban por primera vez (impedidos por sus condiciones de salud) y como extremidades eran igualadas unas a las otras. Tener esa urgencia por compartir sus conocimientos con aquellos que nunca habían escuchado de Dios, por exponer una palabra que sana, liberta, fortalece y trae vida.
¿Cómo no hablar de un Dios vivo? ¿Cómo callar una verdad tan grande?
Cristo vuelve por su iglesia. ¿Te hallará haciendo su voluntad? ¿Qué estás haciendo por Puerto Rico, por esas vidas que se pierden?
Tú, joven o adulto que lees, ¿Qué esperas para darle una oportunidad a Dios? Él quiere relacionarse contigo.

 

 

Escrito por: Loanette Morales Quintana