Después de un momento de adoración dirigida al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, la pastora Iris N. Torres Padilla dio comienzo al Culto al Altísimo nocturno haciendo un llamado para aquellos que vinieron en esta noche a adorarle a Él. Luego de confesar nuestros pecados y pedirle a Dios que nos perdonara y nos hiciera antorchas de fuego, entonamos “El centro de mi vida”, lo cual dio paso a un mover de Dios impresionante donde la nube de Jehová se posó sobre la iglesia de la misma forma que ocurrió en tiempo antiguo sobre el Sinaí y el pueblo de Israel en el desierto.
Después de esto, la palabra de la noche fue expuesta por nuestra Pastora, quien continuó con la serie de predicaciones del año de cambios tomando como base bíblica la porción de Salmo 11. “No se puede cumplir tu propósito en Dios estando preso; en muchas ocasiones tu carcelero eres tú” comenzó diciendo la pastora. Un ave encerrada pierde la capacidad de volar y las aves fueron creadas para volar. ¿Por qué Satanás te llena de miedo y has permanecido encerrado cuando el huir no es la solución? ¿Por qué has perdido la bendición de volar y te has declarado vencido? Cuando escribió este salmo, David vivía una de las peores crisis de su vida, pero aun así decidió declarar en quien había puesto su confianza y en quien había decidido volar. “En medio de tu crisis, es tiempo de abrir tus alas y salir volando” expresó la pastora.
Hay muchas personas que se han convertido en sus propios carceleros, olvidando que si conocemos la verdad, ella nos hará libres. Nadie que conozca a Dios permanece en barrotes. Todo pasa en la vida incluyendo los placeres, la juventud, el sexo, los vicios, la carne. El único que permanece siempre fiel es Cristo. David decidió confiar en Yahvé sin importar que su propia alma le dijera que escapara al monte. “Llegó el tiempo de que salgas de la cárcel, sacúdete del polvo, aléjate de las personas que te desvían de tu propósito, porque todavía tu Dios está sentado en el trono y todo Él lo ve y hará separación del que es y del que no es”, dijo la pastora. «Dios coloca en tus manos la llave de tu liberación, abre la puerta, sal de cárcel, extiende tus alas y vuela alto”, continuó.
Tienes en tu vida dos opciones: seguir viviendo en la misma condición en la que estás con tu coraje, con tu ira, con tus pensamientos, con tus altas y con tus bajas o decidir hacer cambios y enfocarte en lo que Dios quiere para tu vida. «Los ojos del justo mirarán a Dios», decía David. «Si has tomado malas decisiones en tu vida, hoy es el momento para que tomes la decisión de abrir tus alas y ser libre para comenzar a ser real y transparente. Decídete hoy», terminó diciendo la pastora.
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