“Escudriñemos nuestros caminos, y busquemos, y volvámonos a Jehová;”

(Lamentaciones 3:40)

   

«La oración y arrepentimiento pueden detener la disciplina de Dios sobre una nación. La oración cambia todas las cosas. La Biblia nos exhorta a volver a la oración, y al arrepentimiento. Dios está llamando su iglesia, para que doble rodilla delante de Él, para que volvamos a enfocar nuestra mirada en Él. Solamente así veremos su mano apartar de nosotros la diciplina.

 Escuche lo que Dios le dice esta mañana: Todos como nación hemos pecado ante Dios. Oremos para que todo cristiano se aparte del pecado. Hay orgullo, deshonestidad, incredulidad, egoísmo, perversión. Pecados de omisión que tratan detener el adelanto de la iglesia. Iglesias que permiten el adulterio. Los hijos de Dios se supone que seamos luz en las tinieblas. El mundo ha entrado a nuestros hogares, peor aún, a nuestro corazón.

 Necesitamos un avivamiento, pero no de lenguas y danzas, sino de justicia. Un avivamiento que  comience de adentro hacia fuera.  Iglesia, recupera la autoridad perdida…

 Dios siempre tiene la razón, siempre será bueno, y a Él le pertenece la tierra y los cielos. Iglesia, ¡reacciona! ¡Despierta! Es tiempo de volver a Dios. El Señor está aquí.

 ¿Por qué tenemos que orar? Porque estamos dormidos. Despertemos del sueño que nos hace olvidar quienes somos. Pidamos discernimiento para saber los tiempos.

 ¿Qué debemos hacer? Volver a Dios. Oremos para que se levanten espíritus de Justicia. Si Jehová no edificare la casa,   en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. (Salmos 127:1) Oremos para que en Puerto Rico haya alabanzas al Dios eterno.

 

Dios quiere que volvamos a Él. ‘¡Vuelve!’, te dice Dios. ‘Vuelve, amada mía, vuelve que tu esposo te espera. Vuelve a mi casa, vuelve a mis brazos. Volvamos al primer amor.’

 

-Pastora Iris N. Torres Padilla