Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.» (1 REYES 17:8-14, énfasis en el versículo 14)

¡Qué maravillosa esta palabra! Elías era un hombre desiquilibrado, era un hombre cuya impulsividad lo dominaba y a veces nublaba su entendimiento. Su impulsividad le hacía tomar decisiones equivocadas.  En este año 2018, hay que levantarse y edificar; pero me tengo que levantar de mi actitud, de la vida que vivía hasta hoy, de la forma que visualizo mi vida, de las decisiones que hemos tomado. Entre las cosas de las cuales nos debemos levantar es la impulsividad.

Nunca una persona que toma decisiones impulsivamente es asertiva. La impulsividad es como una bomba de humo que nubla el entendimiento. Esto es como amar a Dios por emoción. Yo no puedo amar a Dios con mi emoción porque el día que yo sienta que el cielo se cierra, que mi enfermedad no se sana, que me siento solo, tengo dos opciones: dejarme dominar por la emoción o trabajar con ello. Aunque yo sienta que Dios no está, la Biblia dice que Él estará conmigo todos los días de mi vida. No necesito ver nada, yo sé que Él está. Dios no se sujeta a tiempo y espacio. Dios hará contigo lo que quiera, pero no permitas que la emoción afecte tu relación con Dios.

 Elías era «loco», pero un hombre con los oídos afinados. La iglesia debe reconocer cuál es la voz de Dios. La palabra de Dios para el 2018 es: «humíllate delante de la presencia de Dios». ¿Conoces la voz de tu Dios? La Biblia dice: «mis ovejas oyen mi voz y la siguen». Intimidad con Dios. Intimidad es ayuno, oración, lectura de la palabra.

Hay veces que los incrédulos son más creyentes que los mismos cristianos. La mujer decidió decirle que sí a Elías. Toda decisión comienza por el corazón. Lo que movió a Dios a favorecer la vida de aquella mujer fue la actitud del corazón (v.14). No hemos visto cosas más grandes porque nuestro corazón tiene problemas. Decimos amar a Dios con nuestra boca, pero el corazón de esta tierra está lejos de Dios. Tenemos que humillarnos delante de Dios, porque la enfermedad de esta nación, de nuestro Puerto Rico no es física, sino espiritual.

 Aprendamos a seguir las instrucciones del Altísimo. El tiempo avanza, amado. Cristo viene. No te apegues a nada de la tierra. Somos peregrinos y extranjeros. El planeta tierra no es nuestro hogar. Tenemos una morada en el cielo. Que el cielo sea tu norte. Que el servir a Dios sea el amor supremo en tu vida.