¿Conque Dios os ha dicho:…?- Gen 3:1 RV 60

Si alguien conoce la voz de Dios es el enemigo de las almas.  La escuchó muchas veces y aun la escucha.

Lo más parecido en la creación a nuestro Dios es el hombre quien fue hecho a su imagen y semejanza.  Por esta razón, Satanás ha querido destruirlo y romper la comunión que debe existir entre ambos. A principio de la creación, leemos que Adán y Eva se comunicaban directamente con su Creador. (Gen. 2:16,  3:8). Ellos oían su voz y compartían en el Edén. Los descendientes piadosos de Adán y Eva y aquellos con quienes Dios tenía propósitos también oyeron la voz de Dios. (Gen. 17:3, Ex.3:15). La duda creada por Satanás en la mente de Eva y la desobediencia de la pareja al mandato de Dios rompió esa comunicación con el Creador y poco a poco fueron dejando de escuchar la voz de Dios tanto ellos como sus descendientes.

Dios siempre ha querido comunicarse con los hombres. Aun en nuestros días.  El pecado rompe esa comunicación. Dios oye a los temerosos de Él y a los que hacen su voluntad. (Juan 9:31).

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; Pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen sobre el lecho, Entonces revela al oído de los hombres, Y les señala su consejo…” –Job 33:14-16 RV60

Para darse a entender mejor con el hombre, Dios se encarnó en Su Hijo y se hizo hombre. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios… Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros-(Juan 1:1,14, Juan 14:9) RV 60.  Dios nunca se ha apartado del hombre aunque este crea que El no existe.  Todavía Dios habla hoy.  Nos habla con voz audible, en el sueño de la noche, a través de su Espíritu Santo (2 Ped 1:21) pero sobre todo por las Escrituras que es uno de los escudos que tenemos en contra del enemigo. (2 Ped 1:19-20). “En cuanto  Dios, perfecto es su camino, Y acrisolada la palabra de Jehová, Escudo es a todos los que en El esperan”- (Salmos18:30).

Hoy, al igual que en los tiempos de nuestros primeros padres terrenales Adán y Eva, Satanás, sigue poniendo duda respecto a la voluntad de Dios sobre nuestras vidas y la manera en que debemos de servir a nuestro Señor viviendo como hijos suyos.

Las noticias, señales en los cielos, (eclipses, lunas rojas, huracanes, tsunamis, terremotos, etc.), nos indican que Jesús viene pronto a buscar un pueblo que le espera. Satanás  sabe que le queda poco tiempo (Apoc. 12:12).  La pregunta usada por el enemigo en el principio y que creó  la duda  y trajo la caída de nuestros primeros padres retumba en muchas mentes y corazones, aun en los que asisten a la iglesia: ¿Conque Dios os ha dicho…? ¿Será verdad que Dios dijo…?  ¿Conque Dios os ha dicho que Jesús vuelve por su pueblo…? ¿Conque Dios os ha dicho que hay que ir al templo a adorarle?… ¿Conque Dios os ha dicho que hay que ofrendar y diezmar…? ¿Conque Dios os ha dicho que sin santidad nadie le verá…? ¿Conque Dios os ha dicho que no se debe mentir…? ¿Conque Dios os ha dicho que un hombre o una mujer no pueden tener más de una pareja…? ¿Conque Dios os ha dicho que los que tienen relaciones fuera del matrimonio (fornicarios), los idolatras (los que se inclinan y oran a las  imágenes o ponen otras cosas en su vida primero que a Dios), los adúlteros,  los afeminados,  los que se echan con varones,  los ladrones,  los avaros,  los borrachos,  los maldicientes,  los estafadores,  no heredarán su reino…? (1 Cor 6:9-10). ¿Conque Dios os ha dicho que no se puede abortar un bebé no deseado…? ¿Conque Dios os ha dicho…? ¿Habrá dicho Dios…?

Para saber lo que realmente Dios nos ha dicho tenemos que leer sus Escrituras. En estos tiempos finales donde cada cual interpreta la Palabra a su conveniencia, tenemos que escudriñar las Escrituras para que nadie nos engañe, ni aun el mismo Satanás. Pero no solamente ser oidores de la Palabra sino también hacedores. (Sgo  1:21-25).  Tenemos que leer la Palabra, congregarnos  para escudriñar las Escrituras y orar para mantener la comunión  con Dios.

Jesucristo es Dios y es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. ( Heb 13:8).

Apoc 1:3 Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. 

Sin duda alguna, creyendo la Palabra y poniendo en práctica  lo que esta dice podemos descansar y  estar seguros de cuál es la perfecta voluntad de El para nuestras vidas.