Siendo este 2015 año de cambios, en la noche de hoy quisimos hacer algo diferente sin desenfocarnos del Señor. Convocamos a toda la sociedad a que viniesen vestido con ropa deportiva y así lo hicieron. El culto fue llevado a cabo, en la cancha bajo techo de la iglesia.

Primeramente oramos, presentándole el culto al Señor. Luego, Joel Saldaña, miembro de la sociedad y experto con estudios en Educación Física, empezó con entrenamientos y calentamiento por 10 minutos. Y comenzamos con la primera parte de la actividad que fueron las competencias.

En la cancha habían siete carriles marcados con cinta adhesiva en el suelo. Cada carril tenía su equipo de trabajo y al frente de ellos estaban las personas que cruzarían por dicho lugar. Pero no eran todos, sino uno por carril y las personas aledañas al grupo tenían que ayudar a la persona que pasara por el carril al llegar a la meta. ¿Porqué? Porque en cada carril habían obstáculos, el equipo de trabajo de cada carril trataban de impedir el paso, pero el grupo aledaño que iba por el carril, tenía que ayudarlo de la manera que pudiesen hasta llegar a la meta.

¿Cuál es la enseñanza de todo esto?
Unos simplemente se quedaron mirando el que tenía que cruzar, otros lo ayudaron con lo que tenían o de la manera que alcanzaran. Así hay gente en nuestra vida. Nos miran y quizás sabiendo la situación que atravesamos no nos dan la mano. Hay otros que siempre están, con los que siempre puedes contar sin desenfocarte de la meta, que es Cristo.

Llegó el momento de la palabra con relación al ayuno, la oración y la biblia. Fundamentos sumamente importantes en la vida del creyente. Son nuestro motor para día tras día poder continuar en esta carrera. Ministramos por cada joven, se oró y se cantó de una manera extraordinaria. Aquel preciso momento en el que comenzamos a cantar: «Cuán Grande Es Mi Dios, Cantaré Cuán Grande Mi Dios», allí comenzó a manifestarse la precensia del Señor. Jóvenes llorando con manos levantadas, diciendo «Cuán Grande Es Mi Dios», el Espíritu Santo nos visitó en aquel lugar. Estos son los momentos que tú que lees no te puedes perder. Visítanos un viernes, no te arrepentirás.