Viernes 29 de noviembre de 2013, día del Homenaje a un príncipe de Dios, el Pastor Lcd. Rafael Torres Ortega. Más de 1,000 personas se dieron cita de toda la isla y denominaciones para darle honor a quien honor merece. Como dice un viejo refrán “Recordar es volver a vivir” nosotros pudimos vivir sus predicas, lloramos, reímos y nos gozamos. Como podremos olvidar sus dichos: “Un hombre como yo, huir?” como olvidar su voz ronquido y fuerte llena de autoridad, que hablaba solo lo que Dios le decía que debía hablar, palabra de Dios y no de hombre.

[quote align=»center» color=»#336699″]“Un hombre como yo, huir?”[/quote]

No solamente eso, sino que también llegamos a recordar la historia de nuestra iglesia, cuando todo empezó en aquella humilde casa con el Pastor Don Leonardo Castro y Doña María Cristina en el año 1940. Pastores a quienes cariñosamente le decían Don Lolo y Dona Katín. La actividad continuaba con un desfile de los jóvenes, los juveniles, maestros de la academia y una representación de todos los ministerios de la iglesia, entregándole obsequios en agradecimiento por su vida inspiradora. Tanto como pastora, evangelistas, alcaldes y senadores recordaron su vida y las cosas que nuestro Pastor formó en ellos. Aquel día fue uno para la historia sin duda alguna. No se puede expresar todo lo que sucedió, las emociones envueltas y los pensamientos profundos en los días del ayer, son tantas que no bastarían las palabras.

Recordamos la vida de este hombre porque nos enseño que se puede vivir una vida comprometida totalmente a Dios. Una vida que nos inspira a vivir como el vivió, con la mirada puesta en el Dios que obró en su vida, le abrió las puertas y lo dirigió en todo. Como yo, muchos jóvenes sabemos valorar el legado de este siervo de Dios.  Regaremos la voz para que se siga duplicando su pasión. La gloria sea solamente y para siempre al Señor. Dios le bendiga.

Por: Michael Yael Varela Mojica