El mensaje del miércoles pasado fue dado por nuestra hermana Brenda, miembro de nuestra sociedad de juveniles. A través de sus testimonios nos recalcó el no sentar al Señor en la silla de los acusados, y que muchas veces no tenemos la culpa de lo que nos pasa, pero Dios tampoco. Recuerda que quien vino a matar, hurtar y destruir fue Satanás. También nos dijo que no nos rindiéramos al primer obstáculo que veamos, sino que lo tomemos como una motivación para seguir adelante y hacer lo correcto.

Brenda también compartió con nosotros una lección: «Había una piedra en el camino. Algunos la utilizan para dibujar, otros para hacer un mapa, otros para lastimar,  otros para jugar con ella, otros para escribir y otros para construir una castillo. Solo está en ti lo que vas a hacer con esa piedra: edificar o destruir». Es momento de hacer la diferencia y predicar la Palabra de vida, el evangelio. Seamos ese cambio que el mundo necesita, no importando lo que pasemos, creyendo siempre en Dios y confiando en que algo positivo y poderoso saldrá de ello.

Luego de esto, Moraima culminó con el testimonio poderoso de Joyce Meyer, que aún con todo lo que paso, decidió ser diferente y entregárselo todo a Dios. Además nos dijo que somos muy jóvenes para guardar rencor y encargarnos de echarle la culpa a los demás, a Dios o a uno mismo. A veces no tenemos culpa de lo que nos sucede, pero te aseguro que al creer en Dios y en que Él tomará el control, Él va a «colocar belleza en lugar de cenizas», tal como Meyer titula uno de sus libros.

Te esperamos este próximo miércoles a partir de las 8:00 pm en el aposento alto de nuestra iglesia.

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Mi casa, es la casa de todos

Escrito por: Shaliny A. Quiles