En un sábado precioso, bajo un sol rubio y cálido, salió un grupo a dar la mano al que más necesita. El ministerio de ayuda a los deambulantes, dirigido por nuestro hermano Enrique «Quique» García, se dio cita en la mañana del sábado 9 de abril para repartir comida en el pueblo de Vega Baja, en el barrio Altos de Cuba. Cuando uno está agradecido del Señor por todo lo que ha hecho en su vida, y por todo lo que ha suplido, el brindar un apoyo nace por naturaleza. El Señor nos lo ha dado todo, ¿cómo no hemos de dar de lo que Dios nos ha dado?

Desde temprano en la mañana el grupo se daba a la tarea de confeccionar los alimentos que se habían de obsequiar. Se prepararon  grandes cantidades de alimentos, junto con postres, bebidas. Como si fuera poco, recogimos ropas de hermanos que donaron para que se pudiesen cubrir a quien le faltara. La comunidad fue bendecida por los víveres y la dotación suministrada por los hermanos de nuestra iglesia, pero también por el pan de la Palabra de Dios. Mientras eran provistos, fueron provistos por la Palabra de vida. A veces es necesario cubrir la necesidad inmediata para que puedan estar los oídos prestos a escuchar. No olvidemos que el Señor se preocupa tanto por nuestra alma que por nuestra necesidad; y así lo ejemplificó.

 

Mi Casa es. . . la Casa de Todos