Esta mañana nos acompañó el Pastor Rafael Acosta, conocido como el «muerto vivo», llamado así por el milagro de tener todos los órganos de su cuerpo muertos, pero aún así tener la capacidad de seguir hablando, caminando y proclamando las grandezas de Dios. Llamado por el evangelista Randy Island al pleno ministerio y luego confirmado por una anciana de oración en un culto de la iglesia. El pastor nos relató que se sorprendió de la forma en la que Dios lo llamó nuevamente. Más adelante cuenta que uno de sus hijos cayó enfermo de muerte en el hospital y decide hacer un «acuerdo» con Dios de «intentar» cumplir con su llamado si Dios sanaba a su hijo. Luego de hacer este «acuerdo»con Dios, llega al hospital donde se encontraba su hijo y le indicaron que su hijo había subido a cuarto porque se encontraba sano, todas las enfermedades de las que padecía habían desaparecido; tanto así que la doctora, que era atea, pidió poder conocer a ese Dios que sanó al niño.
Aun después de ese milagro, el pastor permaneció rebelde a la voz de Dios. En otro culto de oración el pastor vuelve a recibir el llamado de Dios para estudiar su Palabra para poder convertirse en pastor. Acosta, en ese momento, le pidió a Dios que si ese llamado provenía de Él verdaderamente, que al entrar al instituto para estudiar su Palabra, se graduara del mismo con 4.00 puntos. y así ocurrió; Acosta se graduó con 4.00 puntos y múltiples honores. «A mi no me hacía falta ser pastor, yo lo tenía todo», mencionó Acosta sobre su manera de pensar cuando Dios lo llamaba. Acosta nos explicó que los infartos, derrames y demás enfermedades que sufrió fueron las consecuencias de huir al llamado de Dios.
Luego de seguir rebelde a la voz de Dios, sufrió un derrame cerebral, a través del cual Dios comenzó a trabajar con él.
Acosta nos mostró una carpeta donde mantiene todos los resultados médicos fatales: tres derrames cerebrales, una tromboflebitis, los riñones funcionando un .03%, sordo de un oído, un pulmón colapsado, diabetes, cáncer en la sangre, enfermedad de Alzheimer, una supuración abundante como resultado de ua infección grave, páncreas, apéndice y vesícula explotada, una parte del corazón que no funciona. A pesar de todos estos padecimientos, Dios sigue trabajando y cumpliendo su palabra porque aun en la desobediencia Dios no miente y siempre cumple lo que promete.
¡Este es tu día de sanidad! No olvides que Dios reina, que Dios sana pero que también Dios liberta. Aún con tantas condiciones el pastor Acosta sigue diciéndole a otros lo grande y bueno que Dios ha sido, es por esto que…
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