Comenzamos el Culto al Altísimo Nocturno, adorando al Señor. No hay nada más importante que adorarle en espíritu y en verdad, pues a esos son los que el Señor busca, los que de tal manera le adoran. Tan pronto culminó el hermoso devocional, nuestra pastora Vanessa Torres toma el podio para exponer el pan vital de la Palabra.

«El rey le dijo a uno de sus eunucos que trajeran jóvenes que pudieran hablar de la historia de este pueblo (judíos). Estaban cautivos en una tierra extraña. Estaban en el horno de fuego. Y dice la Biblia que Nabucodonosor tuvo un sueño y nadie lo pudo interpretar. Nabucodonosor dijo: “si nadie lo puede interpretar, no habrá sabio que viva”. El Dios que yo conozco le reveló el sueño a Daniel y lo interpretó. Interpretó que la cuarta generación sería destruida. E hizo una estatua a la cual el pueblo  entero debía arrodillarse y adorar. Y estos jóvenes se decidieron no hacerlo, y por ello fueron lanzados al horno de fuego. El que le sirve a Dios tiene la capacidad de sobrellevar sus pruebas por que Dios está con él.

Lo pudo ver e l pueblo y el rey que el verdadero Dios era el Dios de Israel. Cuando estamos en medio del dolor y la turbación no podemos ver claramente, perdemos la visión y no podemos darnos cuenta dónde estamos y lo que quiere Dios. Cuando pases por el medio del fuego no debes tener temor. Pregúntale a Dios para qué, y cree que él te librará. El fuego puede ser una amenaza grande para la vida del creyente. Te podrá traer un sueño peligroso que no es el sueño de los justos, si no el sueno de la muerte. Si Dios está conmigo yo venceré en su nombre. Este letargo por la falta de oxigenación te puede traer un estado de sueño que te dará insensibilidad. Vemos al que está fuera, las cosas que eran buenas dejan de ser buenas. Las cosas que yo hacía las vuelvo a hacer. ¿Qué ha desatado tanta insensibilidad en tu corazón? ¿Antes querías salvar las almas, y ya no sientes nada? Ten cuidado, no permitas que el fuego de la prueba nuble tu entendimiento. Y venga el enemigo y arrebate la salvación como ladrón. . .

Sansón, era un nazareo, separado y apoyado por Dios, una amenaza conocida contra los filisteos. Era un joven entregado a Dios. Pero sansón se metió al horno de fuego, las mujeres. En ese fuego no caminó, se achicharró. En medio de aquel humo perdió los estribos y perdió su vida. Aunque se le dio una oportunidad. Pero haber revelado su secreto entregó a sus enemigos el don de Dios. El don que Dios te ha dado, ¿qué has hecho con él? No permitas que la prueba de la vida te confunda. Y cuando vayas a abrir los ojos lo has perdido todo. En los sueños se tejen maderas de persecución. Cuidado con el ministerio del sueño, en ese no te apuntes. No te matricules, en ese ministerio lo que hay es muerte. El sueño es un estado de inacción. No puedes operar maquinaria pesada. Su somnolencia no le permitirá obrar, y puede perder la vida. Sal de la cueva, y en medio del fuego camina, porque Dios está contigo.

Jueces 6 y 7, habla de un hombre llamado Gedeón. A manos de los amanitas Gedeón estaba en el fuego. Cuando el ángel se le apareció le dijo: “que te pasa mijo”. Cansado de trabajar, de tener hambre y de ser esclavo, en medio de ese horno había un Dios que escuchó el clamor del pueblo. El dice: “varón valiente y esforzado. Esas no eran sus características .Pero Dios ve nuestras posibilidades, a través del poder Dios en nuestra vida. Tu vida devocional es la que te va a dar la victoria. Tú tienes que contender por tu fe. Los que tengan miedo se queden en su casa. Se fueron 22k, quedaron 10k. Esto no es con espada ni con ejercito, mas con su Espíritu.  Se trata de lo que Dios quiere para con nosotros. Dice la Biblia que esos 10k se redujo a 300. El sueño nos quita la capacidad de creer, y sin fe es imposible a gradar a Dios. No busquemos más excusas. No justifiques. No te pongas en poca estima al horno calentarse. Del trono de Dios sale un río de vida que te sanará. No moriremos, viviremos si le creemos al Dios eterno», culminó.

Al finalizar la prédica, se hizo un llamdo a las vidas que quisieran aceptar a Jesús como su Salvador y Señor: la mejor decisión de sus vidas. Una vez hecho el llamdao, vinieron poco a poco aquellas personas que reconocían que necesitaban algo más, que necesitaban a Dios. Él es el que llena por completo nuestras vidas, sin Él no es posible el vivir. Y seguido, se oró por las personas que quieren permanecer firmes y escapar de la soñolencia, producto del horno al cual repetidas veces la vida nos lleva. Gracias a Dios que Él permanece a nuestro lado, Él es siempre fiel.

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