Ciertamente escrito está, como lo dicen las Sagradas Escrituras: “Porque donde están dos o tres congredados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.” Mateo 18:20

Una presencia de Dios magnífica en la noche de hoy. Comenzamos adorando al Señor a través de las alabanzas, por parte del ministerio de adoración de nuestra sociedad. Así como también tuvimos participación de nuestros mismos jóvenes trayéndonos un pequeño drama sobre como era la vida antes de Cristo y como es la vida después de haber dado el paso más importante en la vida del ser humano, confesar a Cristo. Y por último, un joven miembro de la iglesia, artista por medio de la pintura y el dibujo, Otoniel Cabrera, nos deleitó con un hermoso dibujo en vivo.

Pasando a la parte de la palabra, expuesta por el miembro de la iglesia y líder Ezequiel Colón. Dios nos habló de manera muy especial.

«Cada uno de los que llegamos a la iglesia, cada uno de los que venimos y conocemos al Señor, venimos con un Espíritu Salvaje. Y más cuando llegamos a la edad joven que nos creemos dueño del mundo. Que no las sabemos todas, que con nuestra fuerza basta. Ahora bien, hay quienes se les ha dado potestad de normas y reglas para conducirnos hacia el camino de la verdad, hacia el camino de la justicia, hacia el camino correcto. Y estos son los que nos han llevado a entender  y valorizar el lugar donde nos alimentan, donde nos cuidan… La Iglesia. Cada vez que nos caemos, nos levantan, la misericordia de Dios nos alcanza.»

El primer punto a entender cuando llegamos a la iglesia es que hay un sistema no diseñado por hombres, sino establecido por Dios en su palabra que tenemos que seguir:

  • No puedes mirar atrás ( Lucas 9:62 ),  Significa no volver al pasado, no volver a hacer las cosas que antes hacías, las cuales no puedes seguir haciendo estando en los caminos del Señor.
  • Tienes que tener como costumbre ( Hebreos 10:25 ), Congregarte en la casa del Señor. Añadamos a nuestra vida el hábito de leer y de hablar con Dios

Fueron puntos bíblicos sobre como domar un espíritu salvaje en buen sentido sobre la juventud. Crear hábitos y costumbres en nuestro diario vivir. Relacionarnos con Dios, estar en constante comunión con Él.