Decimos que Dios ha mostrado su amor para con nosotros y aun afirmamos que Dios mismo es amor. Decimos que la Iglesia es una comunidad de amor. Y decimos también que quienes hemos recibido el beneficio de su amor estamos llamados a imitarle y a amar a otros. De hecho, en alguna ocasión Jesucristo resumió toda la ley y los profetas en amar; amar a Dios y a quienes nos rodean. Y nosotros nos llamamos sus discípulos, pero nos rehusamos a obedecer.
El apóstol san Juan, preocupado por que la Iglesia parece ser indiferente a su llamado, nos deja ver un poco acerca de las características de Dios y de su amor hacia nosotros. Quizá en un intento para que la Iglesia le imite.
En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados. (1 Jn 4, 9-10). Caracyerísticas del amor:
- Se muestra. El amor cristiano va más allá de un sentimiento que se queda en el corazón; es más, ni siquiera se conforma con llegar a los labios. Es uno que se materializa en acciones por otros.
- Tiene un objeto concreto. El amor cristiano se muestra con acciones dirigidas a alguien en específico, no es un “amor general”, por así decirlo.
- Se sacrifica. El amor cristiano se desprende de algo valioso con tal de ayudar al objeto de su amor. Su amor por el otro es más grande que su amor por sí mismo.
- Da vida. Todas las acciones del amor cristiano tienen la finalidad de dar vida a otros, de edificar. Jamás de destruir ni de servirse a sí mismo.
- Toma la iniciativa. El amor cristiano no espera que le amen primero para después responder con amor. Él ama, a pesar de que no le amen.
También hay 7 fundamentos que debemos tener para el buen cristianismo, los cuales son:
– FIDELIDAD: Es el primer fruto que genera el amor. Cuando el amor es verdadero, resulta fácil ser fiel, porque el amor es envolvente y realizado.
– RESPETO: Detrás de este criterio hay un verdadero valor y reconocimiento de la persona. De aquí la consideración, el saber contar y saber dirigirse al otro resulta también fácil.
– SACRIFICIO: Cuando se ama, el sacrificio no resulta ser negativo ni pesado, porque me siento feliz haciendo feliz a la persona amada. El amor siempre implicará renuncia y esfuerzo para ser feliz a la otra persona.
– DIÁLOGO: Es el método que tenemos los humanos para relacionarnos, entendernos y desarrollarnos.
– PACIENCIA: Toda meta alcanzada o soñada supone paciencia.
– ESPERANZA: Es una de las virtudes imprescindibles en la vida de todo ser humano. Solo así somos capaces de soñar y luchar.
– COMUNIÓN: El amor despierta un verdadero sentido de unidad, pues nos capacita en una mayor solidaridad y sensibilidad humana, dando paso a una real apertura hacia los demás
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