Si te dijeran que tienes que cambiar tu mente, ¿en qué pensarías? ¿Cómo reaccionarias? Es algo insólito el que alguien te diga que tienes que cambiar tu mente, pero en el mensaje que nos llevó nuestra Hermana Mitchelle Flores se basó en Romanos 12:2: No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

Este versículo nos habla de la renovación del entendimiento y uno de los significados de la renovación es cambio y/o la transformación de la mente. Vivimos en una época que está evolucionando rápidamente y nos han forzado a la renovación con la tecnología, culturas, creencias, entre otras y de una manera u otra nos hemos obligado a eso. Aun así en Efesios 4:22-24 nos dice:En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, 23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente, 24 y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Tenemos que tener un buen discernimiento para conocer lo que está bien de lo que está mal. Hay que tener la armadura de Cristo en todo tiempo para contrarrestar los ataques del maligno porque en Mateo 15:18-20 nos dice “Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre. 19 Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. 20 Estas cosas son las que contaminan al hombre; pero el comer con las manos sin lavar no contamina al hombre”. No podemos permitir que estos pensamientos e intenciones abarquen toda nuestro corazón y, por ende, nuestra mente.

En Hechos 10:9-16 nos da un vivo ejemplo de la renovación de la mente, este nos dice “Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino y se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. 10 Y tuvo gran hambre, y quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; 11 y vio el cielo abierto, y que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; 12 en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres y reptiles y aves del cielo. 13 Y le vino una voz: Levántate, Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. 15 Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. 16 Esto se hizo tres veces; y aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo”. Si Dios te limpió ¿por qué sigues en las mismas andanzas? ¿Por qué juzgas a un hermano en Cristo? Dios mismo tuvo que darle una visión a Pedro para clarificarle lo que dice en el versículo 15: “Lo que Dios limpió, no lo llames tú común”. Somos criaturas nuevas cuando llegamos al evangelio; deja tu pasada manera de vivir y renueva tu mente para las cosas nuevas en el Señor. Pedro era zelote, luego del éxtasis lo vinieron a buscar los hombres de Cornelio que era un Centurión (Romano) y, en ese entonces, los judíos no podían comer carnes rojas ni estar con extranjeros y en Hechos 10:28 dice “Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo”. A este punto a Pedro ya se le habían tergiversado dos principios de toda su vida. Luego que Pedro va a casa de Cornelio y como dice en Hechos 10:34: “Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas”. Pedro tuvo que Renovar su Mente y gracias a esto el evangelio pudo seguir esparciendo, claro está, si Pedro no se hubiera renovado Dios hubiese usado a otro de eso no hay duda.

Por último, ¿cómo podemos renovar la mente? La palabra nos dice en Colosenses 3:5 Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría”. Por lo tanto tienes que primero conocer que está mal en ti o qué debes mejorar, o sea: introspección. Debes darle nombre a lo que te está perturbando tu relación con Cristo y hacerlo morir, si se te hace difícil busca ayuda. Luego pasar por el proceso que, no va a ser rápido, pero con tu decisión vas a lograr un cambio. Recuerda que la oración, la Biblia y tu disposición son sumamente importantes para la renovación.

SIGUENOS a través de facebook/manosenelarado, en instagram: @manos_en_el_arado y twitter: @SMAOfficial1