Tras una magnífica interpretación de “Como Lluvia” por el ministerio Tsarach y una extraordinaria presencia del Dios Altísimo mientras la pastora Iris N. Torres entonaba las alabanzas “Mas allá del horizonte”, “Hay una fuente en mí” y “Poderoso”, dio comienzo nuestro Culto al Altísimo nocturno. Como base, se tomó la porción de Lucas 16:23: Lázaro y el hombre rico.

 “…no sabe el hombre que los que estamos en Cristo, aunque no tengamos nada, lo tenemos TODO”

«Lo único seguro que tiene el ser humano es la muerte», comenzó la pastora. «Se muere el joven y se muere el viejo. Todos se van a morir, pero lo importante es si aceptas o rechazas al que da la vida», continuó. El joven rico conocía a Lázaro, tanto que, aunque se vendara los ojos, por el olor de las heridas lo reconocería. Todos los días el joven hacía fiesta y no le ofrecía ni un bocado de comida a Lázaro. «El hombre piensa que esto se trata de lo que tiene, y no sabe el hombre que los que estamos en Cristo, aunque no tengamos nada, lo tenemos todo», afirmó la pastora. «El hombre de este tiempo está enfocado en sus problemas y no se enfoca en lo que es verdaderamente importante; la rueda de la vida la mueve el Señor. El rico tuvo muchos años para resarcir el dolor pero se hacía ciego», continuó.

 “vanidad de vanidades, todo es vanidad”

¿Cuántas veces la iglesia se hace ciega ante la necesidad del mundo? «¿Qué estás haciendo tú para que la cosas cambien?», preguntó la pastora. La pompa, el dinero, la buena comida, las prendas y los carros lujosos gustan, pero no son el fin de todo; como bien dijo Salomón: “vanidad de vanidades, todo es vanidad”. «No permitas que tus oídos se ensordezcan ante el grito de aquel que no conoce a Dios. El evangelio no solo se predica, sino que también se demuestra», aseguró la pastora. Cuando el cristiano le da a Dios lo que le pertenece, podrá sufrir estrechez, pero no miseria.

“El rico se murió. De nada le sirvió todo su dinero, porque terminó en el mismo lugar donde terminan todos los hombres; en un hoyo en la tierra.”

¿Seremos como el rico, que teniendo todo no ayudamos al prójimo? Si hacemos así, somos simples religiosos pretendiendo ser lo que no son. «El problema no son las bendiciones que Dios te da, sino tu corazón», explicó la pastora. ¿De qué vale granjear todos los tesoros de la tierra si al final el alma se pierde? «Aunque lo tengas todo, llegará el día en que morirás y solo te llevarás lo que sembraste en el reino. El rico se murió. De nada le sirvió todo su dinero, porque terminó en el mismo lugar donde terminan todos los hombres: en un hoyo”, expresó. «Como Dios es justo, llegó el momento de la recompensa de Lázaro porque, pese a la enfermedad, la miseria, el hambre y el abandono, no sentó a Dios en la silla de los acusados, sino que le fue fiel», aseguró la pastora.

 ¿Cuántos Lázaros hay en tu vida?

 Abre tu oído para que escuches al que está a tu lado, que tiene una necesidad más grande que la tuya. Abre tu oído para que oigas la voz de Puerto Rico en necesidad. «¿Cuántos Lazaros hay en tu vida?», preguntó la pastora. «El afán nos está matando, la prisa  nos mueve de nuestro propósito. Hazte un ganador de almas, cumple con la Gran Comisión, no sea que la muerte te sorprenda. Dos caminos son presentados delante de ti en esta noche, escoge la vida para que vivas. Escoge bien», culminó.

 Mi Casa, es la casa de TODOS