En el Culto al Altísimo matutino del domingo 18 de enero estuvo compartiendo la Palabra con la iglesia el hermano César Rosado, líder del grupo de evangelismo de nuestra casa.

«Hay tres estaciones en la vida de las cuales nadie escapa: pasado, presente y futuro», comenzó Rosado su sermón utilizando como base la historia de José, la cual relató «al revés»; desde el nacimiento de sus hijos hasta la traición de sus hermanos. José, a pesar de todo lo sufrido a lo largo de su vida, llamó a su primogénito Manasés, lo cual significa «Dios me hizo olvidar mi trabajo y la casa de mi padre» (Génesis 41:50). Dios es capaz de borrar de nosotros aquello que ha causado crisis y terrible sufrimiento. «¿Y qué haces cargando con tu pasado todavía? «, preguntó Rosado a la iglesia. José tuvo la capacidad de levantarse a pesar de su pasado, y Dios le recompensó: el Faraón le dio autoridad sobre todas sus posesiones y sobre toda la la tierra de Egipto, solo en el trono tendría él mayor autoridad que José (v. 40, 41). Asimismo, Faraón se quitó su anillo y lo dio a José y lo vestió con lino fino (v. 42). «Eso mismo desea hacer Dios contigo. Quiere llenarte de favor, hacer todo nuevo, vestirte con vestiduras nuevas. Solo necesita tu actitud», afirmó Rosado.

«Tu actitud es importante. Deja de quejarte por la situación en la que dices que Dios te puso. En medio de la misma, utiliza tus dones, tal y como José lo hizo en la cárcel», dijo. La cárcel no fue impedimento para que José utilizara los dones que Dios le había dado. Aun allí, Dios lo usó y lo puso en gracia. ¡Hasta el capitán de la guardia puso presos a cargo de José!; e interpretó los sueños del jefe de los coperos y el jefe de los panaderos (Génesis 40). «Invierte en tus dones mientras estás en la prueba. No te dejes vencer», exclamó Rosado.

«El pasado solo se mira para tomar fuerza, no para compadecerse de uno mismo. Si estamos en Cristo, todo es hecho nuevo, las cosas viejas pasaron»

«Nosotros no escogemos el pasado que tenemos. No pudimos evitar situaciones que nos provocaron dolor; maltrato, ira, contiendas. Pero, en el pasado no hay remedio; en el presente puede haber solución. El pasado solo se mira para tomar fuerza, no para compadecerse de uno mismo. Si estamos en Cristo, todo es hecho nuevo, las cosas viejas pasaron». «Quién, entonces, siente el dolor del pasado? Tú eres quien decide sentirlo, porque ya Dios hizo todo nuevo y se olvidó. ¿Qué te tiene atado al pasado? Dios no está para recordarte tu pasado y torturarte con él; ese es el trabajo de Satanás», continuó. Como dice en Efesios 4:23, 24: debemos renovar nuestra mente.

«¿Qué te aguanta en el presente?, ¿Tus temores? Se nos olvida que no hay quien pueda contra nosotros. Lucha por aquello que deseas. Para lograrlo, debemos contar con Dios, pero también es necesario buscar consejo, trabajar duro, prepararnos, orientarnos, planificarnos y alejar de nosotros aquello que nos impide crecer», afirmó Rosado.

¿Por qué le temes al futuro? Si temes, es porque no te has planificado ni organizado correctamente. El miedo al futuro denota falta de fe. Debemos estar confiados en su Palabra, en lo que Él ha prometido. Hoy Dios te pregunta: ‘¿En qué te puedo ayudar? ¿Qué puedo hacer por ti?’ Seamos honestos con Él y dejemos atrás nuestro pasado», culminó.

Hermano, le invitamos a que nos acompañe al Culto al Altísimo matutino, todos los domingos de 10:30 a 12:00 del medio día.