En el año de Despertamiento y continuando con las predicaciones en serie, la pastora Iris N. Torres Padilla expuso la Palabra en nuestro Culto al Altísimo nocturno usando como base Josué 1:9.

La pastora expuso en su predicación que en Dios no hay opciones; somos totalmente de Dios o somos totalmente de otros que no son Dios. A Dios no le interesa un por ciento de tu interés; a Él le interesa el 100% de tu interés. Dios no desea una porción de tu corazón; Él desea tu corazón completo.

Dios nos ordena a esforzarnos y a ser valientes. La palabra «Esforzar» no se refiere a una fuerza común; se refiere a aquella fuerza que sale del alma porque las fuerzas físicas se agotaron. Son aquellas fuerzas que te llevan a ir a la iglesia, a levantar tu manos o a adorar a Dios aunque estés cansado. Servir a Dios es cuestión de esforzarse porque el Reino de los Cielos se hace fuerza y sólo los «locos» lo arrebatan. No permitas que tu crisis borre del Libro de la Vida tu nombre. Llegó el momento de que provoques la Gloria de Dios en tu vida. Esfuérzate aunque las cosas a tu alrededor no sean las más agradables. Deja el pecado, esfuérzate.

No se puede vivir un evangelio sin cruz. Puedes temer, pero no desmayar. Dios se compromete con Su palabra y te dice que estará contigo dondequiera que vayas.

Cuando Jehová le dijo estas palabras a Josué, estaba trabajando en su momento de crisis. Josué sustituiría a aquel hombre que abrió el Mar Rojo, aquel que oró para que descendiera maná y codornices del cielo. Cuando Dios le dijo que cruzara el Río Jordán, Josué entendió que había llegado el momento de Dios para enfocarse en la realidad de Dios y no en la de él mismo. Josué entendió que de la misma manera en que cruzó el Jordán podía conquistar a Jericó.

Una vez en Jericó, Rahab reconoció a los espías. Ella creyó en Dios y por eso le pidió que le perdonaran la vida a ella y su familia. Luego de conquistar a Jericó, la palabra de Josué fue verdadera, Rahab salió ilesa y formó parte de la genealogía de Jesús.

La orden de Dios fue: no tocar nada de Jericó, pero en todo lugar siempre hay un Acán. Cuidado con el sobreconfiar en las glorias pasadas; fue precisamente por esta razón que Josué e Israel perdieron en Hai. ¿Qué ocurrió con Acán?…

[quote align=»left» color=»#2A42FF»]¡Mi Casa es la casa de todos![/quote]

 

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