¿Qué mejor lugar para estar un domingo en la noche que la Casa del Señor? El Culto al Altísimo nocturno comenzó con una adoración del pueblo junto al ministerio Tsarach. Esto dio pie para que la palabra de la noche fuera expuesta a través de los labios de nuestra Pastora Iris N. Torres Padilla tomando como base la porción de Hechos 4:32-37.

De una forma u otra, lo que está muerto tomará vida y lo que está dormido despertará porque 2015 es año de cambios. La iglesia primitiva se encontraba en medio de un avivamiento y tenía una mentalidad correcta: “todos somos iguales; nadie está por encima del otro”. Esto era tan así, que comenzaron a vender sus propiedades con el propósito de que ninguno entre ellos tuviera necesidad. El Espíritu Santo es nuestro consolador. Conocido por muchos como la conciencia, el Espíritu nos guía a toda verdad y justicia. Un avivamiento es una manifestación absoluta del Espíritu Santo; cuando este está en acción redarguye, exhorta, convence y “mata” porque no negocia con el pecado. Dios quiere que el cristiano camine derecho, y las personas confunden la santidad con la pureza exterior.

Con el Espíritu Santo no se juega, no se canjea, no se cambia; es santidad o nada. El Espíritu Santo escudriña el pensamiento antes que llegue al corazón. Este mover comenzó en la iglesia primitiva. Los primeros cristianos cubrían las necesidades de los esclavos, de las mujeres, de los enfermos, de los necesitados; esta es la iglesia que Dios necesita para el 2015, es la iglesia que se necesita para este tiempo. Llegó el tiempo de que la iglesia vuelva a este momento, pero «no todo lo que brilla es oro». Hay muchos cristianos que viven auto-engañándose, que dicen ser y no son. Hechos relata la historia de Ananías y Safira; estos en secreto quisieron hacer lo mismo, pero a Dios «no se le escapa nada». Pedro, lleno del poder del Espíritu Santo, descubrió su engaño y su mentira. No solo descubrió la mentira de Ananías, sino que cuando llegó Safira, la confrontó y le hizo saber lo que el Espíritu de Dios le había revelado y declaró que lo mismo le ocurriría a ella (Hechos 5:1-11).

El único pecado que no tiene perdón en ningún momento es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Esto es, atribuir cualidades de Satanás a Dios; no respetar la tercera persona de la Trinidad. Aquel que peca con deliberación puede estar delante de Dios, pero su corazón no se moverá. No engañes a Dios y procura hacer las cosas bien.

Mi casa, es la casa de todos