En la mañana del domingo 25 de septiembre, recibimos la palabra de Dios en los labios de nuestra pastora Iris N. Torres. Como base para la misma utilizó 1 Corintios 2:5 que dice así: “para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.”

La Biblia es poder de Dios, es verdad de tapa a tapa. Aquel que reconozca que la Biblia proviene de Dios, acepta que él es real.

La Biblia produce en nosotros confianza, pues vemos cómo las promesas que hay en ella se hacen «rema» en nuestras vidas. En ella no hay errores.

La Biblia puede probarse como científicamente verdadera. Siempre la sociedad ha pintado a Dios como un ser que está en contra del conocimiento, pero esto no es así. Pues en su palabra se encuentran innumerables eventos, en los que se muestra la sabiduría científica que Dios le dio a sus siervos. Un ejemplo es, cuando las personas pensaban que la tierra era plana, la Biblia en el libro de Job decía que era un circulo o una esfera. Inclusive Isaías 40: 22 dice: “El está sentado sobre el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él extiende los cielos como una cortina, los despliega como una tienda para morar.”

La Biblia es la palabra de Dios. Cientos de profecías, milagrosamente cumplidas. Pero a pesar de ver todas ellas cumplirse, esto no ha sido suficiente para que el hombre venga a Dios. Cristo vino a la tierra con un mensaje simple, y este fue para que obtuviéramos la salvación. De esta misma manera, él espera que hablando la simpleza del evangelio podamos traer a los demás a sus pies. El evangelio no es complicado, tampoco busca señalar. Este busca atraerte con amor, para la purificación de tus pecados.

Te invito a que leas la Biblia, pues alimentará tu hambre y saciará tu sed. Acércate a su casa, Dios desea hablarte.