Nuestro culto en la mañana de hoy, 14 de junio, fue uno de clamor y humillación.  La pastora Iris N. Torres comezó con una exhortación a irnos de rodillas  para clamar humillados a Dios por nuestro país.  «Puerto Rico está triste, son muchas las cargas y son muchos los acontecimientos difíciles que atravesamos como pueblo», dijo nuestra pastora.  Y así realizamos varios clamores.  Los damas clamaron por los caballeros, para que su carga fuera levantada.  Los caballeros clamaron por las damas, para que sus fuerzas fueran renovadas, y todos clamamos para que Dios prospere a su pueblo y luego declaramos en el Nombre de Jesús que lo que nos ha sido quitado nos será devuelto. Una vez renovadas nuestras fuerzas y con nuestra fe puesta en el Dios todopoderoso, que manda a los vientos y riega la tierra con su lluvia, levantamos un clamor final por la lluvia que necesita nuestro país en momentos de sequía. En el Nombre de Jesús está hecho.  Fue una mañana maravillosa de oración, clamor y humillación.

 

Mi casa es la casa de todos.