¿Has pensado en lo que has hecho este año 2015? ¿Qué has hecho para ti? ¿Qué has hecho por tu familia? ¿Por tu comunidad? Más importante aún, ¿qué has hecho para Dios? Son preguntas que casi nuca nos hacemos. Estamos muy centrados en nosotros mismos y a veces no nos importa nuestra comunidad, familia, gobierno ni el país aun cuando son estructuras que nos solidifican como personas. En este culto pensamos con qué nos gustaría cerrar el año, qué podemos hacer para transformar. Cristo nos llamó a algo más: a ser cabeza y no cola, a ser luz en medio de tinieblas. Todos conocemos la historia de Moisés, algo muy interesante del mismo son las diez plagas que se encuentran en Éxodo: La Plaga de Sangre 7:14-24,La Plaga de Ranas 8:1-15, La Plaga de Piojos 8:16-19, La Plaga de Moscas 8:20-32, La Plaga en el ganado 9:17, La Plaga de Granizo 9:8-12, La Plaga de úlcera 9:13:35, La Plaga de Langostas 10:1-20, La Plaga de tinieblas 10:21-29, La Plaga de la muerte de los primogénitos 11:1-1.
En el culto, hicimos una corona de navidad con materiales reciclados simulando la sangre del cordero en el lintel, que en el tiempo de Moisés, se usó para que cuando el ángel de la muerte pasara, no entrara en esa casa. En nuestro tiempo recogimos todos nuestros pensamientos durante el año y con lo que queríamos cerrar el mismo con una oración y el simbolismo de la corona. Estamos en un año duro, pero demos gracias a Dios porque el próximo va a ser mejor. Examínate en lo que debes mejorar y arregla las cosas con tus seres queridos, comunidad y Dios. Proponte en el próximo ser un agente de cambios, ser el cambio que el mundo quiere ver, que tu límite sea el cielo, que tu imaginación traiga más personas al evangelio, termina este año y comienza el próximo con Cristo en el corazón.
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