El pasado viernes 24 de octubre tuvimos como invitados a un grupo de caballeros del Ministerio Teen Challenge. Este es una red de hogares de rehabilitación para varones y damas, fundado en 1958 por el Reverendo David Wilkerson, cuyo programa está basado en la palabra y en la verdad del Evangelio de Jesucristo. Este ayuda a jóvenes, adultos y familias que luchan con problemas de abuso de sustancias controladas entre otros factores, para que logren alcanzar un bienestar espiritual, emocional y físico, de manera que puedan reintegrarse a la sociedad.

Busqué la felicidad falsa en el mundo, hasta que conocí a Cristo. ¡Ahora sí soy feliz! (Daniel)

Estos caballeros, ex–participantes del programa, adoraron al Señor por medio de alabanzas que de cierta forma contaban parte de su propio testimonio. Además de esto, dos de ellos compartieron con nosotros un breve fragmento de su testimonio. Uno de ellos fue Daniel, quien a corta edad comenzó a consumir sustancias controladas, llegó a administrar puntos de droga en el área donde residía y estuvo preso en dos ocasiones. En la segunda ocasión en la que estuvo preso, este joven, quien anhelaba ser feliz, se encontró con un viejo amigo quien había vivido experiencias similares a las suyas, pero en esta ocasión este se veía diferente. Para sorpresa de Daniel, quien había buscado la felicidad falsa en el mundo, este joven le cuenta que su vida ha sido transformada por el Señor, quien le dio la verdadera felicidad. Es en el transcurso de esta conversación en que Daniel entrega su corazón al Señor, arrepentido por todo lo que había hecho de manera incorrecta. Desde esa noche, su vida no ha vuelto a ser igual. ¡Gloria a Dios!

Luego, Jesús Rodríguez, también ex–participante del programa y ahora Oficial de Admisiones del mismo, y predicador del Evangelio, compartió con nosotros parte de su testimonio mientras predicaba acerca del alfarero y la vasija de barro, lo cual se encuentra en el libro de Jeremías, capítulo 18, versos 1 al 6.

Joven, ¿quién puede hacer las cosas que hace el Señor? ¿Quién puede transformar el corazón ser humano, olvidado nuestro pasado pecaminoso y dándonos una vida nueva? ¡Nadie! Bien lo dice el corito: “No hay Dios que pueda hacer las obras, como las que haces Tú”. A ese Dios servimos con toda el alma, toda nuestra mente y todo nuestro ser. Así que te invitamos a que nos acompañes este próximo viernes, a partir de las 7:30 en el primer piso de nuestra iglesia, para que juntos adoremos a Aquel que nos transformó. Él quiere hacerte bien.

Mi casa, es la casa de todos

 


 

 

Escrito por: Kevin Colón