«Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza»; exclamó el salmista en el Salmo 46. Con esta porción comenzamos el Culto al Altísimo nocturno declarando que le creemos a Dios y reconociendo que Él es nuestro todo.
Para la exposición de la palabra de esta noche se tomó como versículo base el libro de Hechos 4:27-31. Aquel que cree en Jesús y ha confesado a Jesús como salvador está en la verdad. El libro de los Hechos de los apóstoles es un libro en donde se plasman las experiencias vividas por los primeros cristianos; relata los hechos y eventos de la iglesia que acababa de nacer. En el libro de Hechos no se esconde la verdad, todo se escribió tal y como ocurrió y eso nos da la oportunidad de vernos en ese espejo y de apreciar como la iglesia vivió cosas peores de las que estamos viviendo hoy. La realidad es que no estamos viviendo el peor momento, la realidad es que estamos viviendo el tiempo más cercano al arrebatamiento de la iglesia. Llegó el tiempo de decidir a qué Dios voy a servir. La crisis más profunda que está viviendo Puerto Rico es la consecuencia de haber sacado a Dios del hogar, de las iglesias y las escuelas. La crisis más profunda no es la económica, sino la espiritual. La crisis es una oportunidad que aprovechas si así lo deseas; en este tiempo hay mucha ciencia y conocimiento pero, ¿de qué sirve tenerlos si no tengo sabiduría para aplicarlos? Tienes dos opciones para enfrentar la crisis: dejar que te venza o aprovecharla como plataforma de lanzamiento para saber lo que Dios hará a tu favor. Esto, la iglesia primitiva de Hechos lo entendió.
La iglesia se enfrentaba a un posible exterminio en ese tiempo. Este es el tiempo de aplicar la formula victoriosa de la iglesia primitiva. Ante las amenazas, ora; no para que Dios te quite la prueba, sino para que te fortalezca mientras la prueba dura. No permitas que la inseguridad y el temor te venzan. No temas por el dinero que tienes porque Jehová es el dueño del oro y de la plata; su nombre es Jehová Jireh. La crisis saca el material del cual estás hecho y saca tu verdad. No importa la crisis que estés viviendo, la iglesia no puede dejar de hacer las cosas para las cuales fue llamada. La iglesia tiene que levantarse para dar por gracia lo que por gracia Dios le dio. Llegó el tiempo de evaluarnos y orar correctamente, pedirle a Dios que no nos suelte a pesar de nosotros mismos y que nos lleve al monte más alto que nosotros. Esta oración es la que a Dios le agrada y, como señal de que Dios oye y escucha, serás revestido del poder del Espíritu Santo. Cambia tu necesidad por el sueño de Dios.
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