Nosotros como jóvenes debemos aprender muchas cosas; estamos aún en  pleno crecimiento personal, y sobretodo espiritual. Pero una de las cosas más importantes para un joven en progresión es aprender a amar nuestra casa. Cuando nos referimos a casa significamos la iglesia en la cual el Señor nos ha sembrado. Y echar raíces es imprescindible. Nuestra líder de evangelismo de la Sociedad de Jóvenes Luces de Sión, Patricia Marrero, nos trajo precisamente esta reflexión.

El culto del pasado viernes 6 de febrero fue uno diferente. Cantamos junto a Voces de Sión dándole gloria a nuestro Dios y Salvador. ¡Qué hermoso es exaltar a quien nos dió la vida! Conducido el programa por los líderes de nuestra sociedad, se expusieron testimonios que precisaban la experiencia de ellos en la sociedad de jóvenes y cómo han sabido amarla para trabajar arduamente en ella. Y finalmente, la líder de Evangelismo de la Sociedad predicó sobre el amor a la casa.

Una exposición emotiva por Patricia Marrero, en la cual puso al descubierto su amor a la casa, su amor a la sociedad y su amor hacia Dios. Con gran verosimilitud y seguridad narró las experiencias  que marcaron su vida. Unas, arraigaron su fidelidad a la iglesia, otras, provocaron el afecto a la Sociedad de Jóvenes y principalmente sembraron una relación con Dios. Sin la última, ninguna de las primeras fueran posibles. Las experiencias con Dios dejan huellas que repercuten necesariamente en los demás ámbitos de nuestra vida. Y Marrero nos instó a que aprendamos a querer nuestra Iglesia, a vivir en ella experiencias maravillosas; y a enamorarnos de la Sociedad en la que Dios nos ha colocado, y en la cual nos seguirán momentos inolvidables en Dios.

Te invitamos a que nos acompañes este próximo viernes. ¡Será una noche espectacular!

Mi Casa es. . . la Casa de Todos