La Iglesia de Jesucristo el Caballero de la Cruz y su pastora Iris N. Torres Padilla hemos declarado el 2017 como Año de Bendición y hoy daremos comienzo al primer sermón de una serie de predicaciones sobre bendición. La porción a ser considerada para el mensaje de esta noche fue extraída del Libro de Números 6:24-26

“Jehová te bendiga y te guarde, Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia, alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.”

Dentro de la colección de libros históricos  Números es un libro lleno de números, de consignas minuciosas extremas.  Este es el libro que menciona la obra de los doce espías, la vara de Aarón que floreció y cuando la piedra brotó agua. Estos tres eventos son de los más importantes, pero la porción que se discutió hoy se denomina la bendición sacerdotal y es conocida como el Padre Nuestro del Antiguo Testamento.  «Esta frase está dividida en tres partes y las mismas comienzan con la palabra ‘Jehová’.  Estos versos hablan sobre la bendición de Dios, tema que se discutirá durante estos primeros domingos del año en curso», comenzó diciendo la pastora.

Bendecir es conceder una función, no sólo un don; es impartición de bendiciones y de modo cariñoso.

El 2016 fue declarado como año de fuego y con el mismo es de suponer que el ser humano fue purificado.  «Bendición» en hebreo es expresado como “Bekara” y significa prosperidad, fecundidad y larga vida. Una cosa es recibir bendición y otra cosa es bendecir. Esto no es solo un acto piadoso sino una intervención activa, la bondad de Dios en acción, amor de Dios, actividad de Dios en una manifestación directa a mi vida. Es invocación de la boca del Padre para recibir lo que tiene para mí.  

Bendecir es conceder una función, no sólo un don; es impartición de bendiciones y de modo cariñoso. Cuando pienses en bendición piensa en un Dios que está en constante movimiento para establecer una relación personal y darte amor porque somos imagen y semejanza de él. La mayor bendición que podemos tener, es la presencia de Dios.

La bendición estará presente en cada horno, cada foso de leones, cada pérdida de tu vida; allí estará para ti el favor de Jehová.  La presencia de Dios es la que sana, la que libera, la que llena de gozo. Es más que dinero, es la que llena la habitación de tu hogar, es la que te toca; la mayor bendición que puedes recibir es la persona de Cristo sentada en tu corazón.  Cuando Dios te quiere bendecir, su favor cae sobre los que están cerca de ti, como lo establece la porción de hoy en el verso de Números 6:24 «Jehová te bendiga, y te guarde» La primera parte significa “múltiples beneficios” como lo dijo David en el Salmo 103:1-2 «Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios.»

La sonrisa del Padre es la meta de todo cristiano. ¿Le has provocado alguna sonrisa a Dios?  Agradar a Dios debe ser el propósito del cristiano. Cuando amo y decido adorarlo es cuando lo amo sobre todas las cosas, cuando confío en Él absolutamente, cuando le obedecemos aunque no entendamos el proceso, cuando le damos gracias en todo, cuando trabajamos con las capacidades en su servicio.  El rostro de Jehová en el 2017 no se esconde sino que se levanta y se alza para proveerte de tu necesidad.

El primer fruto de la presencia de Dios en nuestra vida es paz, lo cual significa contentamiento y bienestar. ¿En dónde buscas tu paz? Jehová te dará paz en medio del conflicto, en medio del problema. Él estará en medio de tu crisis porque se puede tener paz en un horno de fuego, en medio de una cisterna, cuando piensas que no hay salida de alguna forma, la mano del Altísimo llega al foso de los leones, a la cisterna, al horno y le calla la boca a Satanás. Solo Dios puede dártela, es una paz que domina tu vida y te hace vivir confiado en el momento más difícil, no depende de las personas ni de lo que te digan los demás.

 

Mi casa, es la casa de todos