En medio de un mover de Dios grandioso donde adoramos al Padre como aquel que ha sido lavado en la sangre del cordero sabe hacerlo. En nuestro primer culto del 2016, Año de Fuego, dimos comienzo al Culto al Altísimo nocturno teniendo como preámbulo la adoración por parte del Ministerio Tsarach. De esta manera recibir a nuestra pastora Iris N. Torres Padilla con la exposición de la palabra tomando como base la porción de Salmos 104:4.
El fuego calienta, ilumina, purifica, “prueba”, produce energía y genera poder. El fuego consume el combustible y refine aquello que no puede ser consumido. Ningún elemento pasa desapercibido por el fuego, unos son consumidos y otros transformados. Un ejemplo es la madera, la cual se consume y el hierro, el cual se derrite, o sea que se transforma. El Espíritu Santo ministra calor al corazón y arroja luz al cristiano.
Según la Biblia, Dios es comparado con fuego consumidor y con fuego purificador, tal como lo establece Malaquías 3:2. El fuego que hay en Dios purifica y limpia, la presencia de Dios provoca cambios trascendentales; te consumirá y quedará la verdad de lo que eres. El hombre y la mujer de Dios vienen a ser el holocausto para Dios. El fuego quemará la grosura, lo que no sirve, lo que nos detiene, lo que hace el paso, lo que hace ser ambiguo y dejará la esencia de tu ser. El fuego también es aceptación de la ofrenda, como ocurrió con Elías en el Monte Carmelo y los profetas de Baal. En este tiempo, el altar somos nosotros. Dile a Dios que ese mismo fuego descienda y te consuma.
- El fuego purifica (Hebreos 12:22) – nadie queda igual cuando es visitado por el fuego de Dios. Las malas costumbres las cambio por buenas costumbres, y lo que hacía no lo vuelvo a hacer.
- El fuego consumirá mis enemigos – uno de los enemigos más peligrosos es el desánimo, el cual hay que vencer. Cuando ese fuego esta en mí, ese fuego se encargará de sacar de mi camino todo aquello que me aleja de Dios.
- El fuego protege (Zacarías 2:5) – El fuego de Dios te protegerá de todo aquel que quiera hacerte daño, de todo ataque del infierno, del pecado. Jehová es tu guardador, tu sombra a tu mano derecha, el guardará tu alma de todo mal.
- El fuego te sostiene (Jeremías 20:9) – Dios se metió en la cisterna con Jeremías, y te acompaña de la misma manera. Si no hemos caído es porque la mano de Dios ha sido buena y el Dios que estuvo ayer estará todos los días.
Mi casa, es la casa de TODOS
CONÉCTATE