Campaña de Oración

      Este viernes 17 de enero de 2014 el grupo de jóvenes de la iglesia estuvo orando buscando el rostro de Dios. Estamos dedicados a buscar a Aquel que es la fuente de agua viva. Oramos y oramos sabiendo que la salvación solo la tiene Dios y solo Él puede saciar la profunda sed de nuestros corazones. Clamamos juntos y luego le cantamos.

      La Pastora Vanessa Torres tomó la parte para darnos el “Así te dice el Señor” de la noche. La cita Bíblica fue Ezequiel 37:1-14 que dice así;

 Ezequiel 37 “El valle de los huesos secos”

          37 La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. 3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»

          4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. 6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’ ” »

          7 Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. 8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!

          9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’ ” » 10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!

          11 Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!” 12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. 13 Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. 14 Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor.” »

 

La Predicación:

          Los huesos estaban secos en gran manera.  Luego hubo carne, pero no había espíritu. Eran solo carnales. ¿De qué sirve la carne sin el Espíritu Santo?

          Después que el profeta profetizó la primera vez, ya no era huesos secos, si no que eran muertos. Pero cuando el profeta llama para que entre espíritu y los muertos cobraran vida, se volvieron un ejército.

          Desde pequeño, el profeta estuvo en cautiverio junto con el pueblo en Babilonia. El pueblo ya había perdido todas las esperanzas y, es en esa escena, donde Dios le habla al profeta y le muestra el valle de huesos secos; un valle en donde los huesos estaban regados. La esperanza estaba extremadamente seca y no había identidad.

[quote align=»center» color=»#310105″]Tú debes declarar y creer donde no hay…[/quote]

          En medio de un lugar sin esperanza, ¿vivirán estos huesos? El profeta declaró y los huesos se unieron y fueron cubiertos por carne. Ya no eran huesos, eran muertos. A veces caminas sin vida, existes pero no vives. Eso sucede porque no tienes el Espíritu de Dios. Conócelo y no lo dejes, porque mejor es no conocerle que conocerle y apartarse.

          Perdieron esperanzas y se les fue el espíritu, la carne y los tendones, perdieron su identidad.

          La omnipotencia de Dios no se limita a tus fracasos. Él está por encima de cualquier situación que estás viviendo. Esos huesos vivirán, su poder te levantará y te dará vida.

         El primer verso nos dice que la mano de Dios vino sobre el profeta. La mano de Dios nunca llega tarde, pero a veces Él nos toca la puerta y no nos damos cuenta. No dejes que las circunstancias te impidan escuchar la voz de Dios.

         ¿Qué le dirás a Dios cuando Él te pregunte: “Hombre mortal, ¿vivirán estos huesos? Hombre mortal, ¿vivirán tus sueños? Hombre mortal, ¿seré yo capaz de sanarte? Hombre mortal, ¿seré yo capaz de cumplir mi propósito contigo?”?

     El profeta dijo: “Dios; tú lo sabes”. Esta es la diferencia entre una persona que le cree a Dios y una que no. «Tú eres mortal, pero si declaras en Mi Nombre, estos huesos vivirán”. Esta es la clave. No es con tus fuerzas, sino con Su Nombre.

 

[quote align=»center» color=»#310105″]Declara en Su Nombre, vive en Su Nombre, cree en Su Nombre…[/quote]

 

          Los huesos se pegaron y carne los cubrió, pero no había vida. Solo hubo vida cuando Dios sopló y vino vida de Dios sobre ellos. Solo hubo vida en Dios. Entrégale tu vida a Dios, que tu vida le pertenezca a Él.

          Cuando cobraron vida se quedaron juntos como un ejército porque recibieron la vida de Dios. La única esperanza de vida se llama Jesús. No estás fracasado, profetiza y declara sobre tu vida; háblale a tu enfermedad, háblale a tu tristeza, háblale a tu crisis, declara vida sobre tu vida y esos huesos vivirán.

 

 

[quote align=»left» color=»#2D04FF»]Mi Casa…es la Casa de Todos.[/quote]