A Sansón lo conocemos por su cabello y su gran fuerza. Este fue elegido desde el vientre de su madre para un propósito. Debido a las debilidades de su corazón, sucumbió ante las peticiones de la mujer no indicada y reveló su secreto quedando así expuesto. Este pierde todo inclusive su fuerza, su reputación y su pacto con Dios. A consecuencia de esto, le sacan sus ojos y al ir preso tiene que desarrollar una visión distinta a la cual había tenido toda su vida. Para culminar la historia, Sansón es amarrado a unas columnas, clama a Dios y le implora que se le otorgue por última vez su fuerza. Dios se la concede y muere él junto a los filisteos.

La muerte de Sansón puede tomarse también simbólicamente, ya que junto con el humilde reconocimiento de su falta, murió a su orgullo y al egoísmo que había tenido en su vida. Su historia, que se encuentra en Jueces desde el capítulo 13, revela los efectos transformadores de la pasión que nos puede conducir al sufrimiento pero también a la auto revelación y a una comprensión de nosotros mismos y de la vida.

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