Reunidos todos dentro del templo, todas las clases unidas en una, fuimos instruidos en la Palabra de Dios. Nuestra maestra, durante el Ayuno Congregacional, lo fue Vilma Pizarro, hablando acerca de la Valentía, clase sugerida de la revista El Discípulo. La clase se centró en la porción bíblica de Hechos 4:23-31; y además proporcionó otros pasajes que enriquecían la enseñanza del día.
«Y puestos en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca de David tu siervo dijiste:¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, Y los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su Cristo. Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús.Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.» (Hechos 4:23-31)
Cuando Pedro ancalzó su madurez en el Señor habló con denuedo, valentía
«Estamos en el tiempo final. El tiempo de la iglesia del club social se acabó, el jugar a la religión se acabó; Cristo viene», sentenció Pizarro. A nosotros nos fue delegada una verdad incustionable y una autoridad para respaldarla «Cuando Pedro ancalzó su madurez en el Señor habló con denuedo, valentía». «No somos cualquier cosa, somos la Iglesia», argumentó la maestra enérgicamente. «El Espíritu Santo debe estar presente en tu casa». «Debemos saber qué y quienes somos. Tenemos que tener identidad de Iglesia; somos la Iglesia y la novia de Cristo». Somos el cuerpo de cuya cabeza es Cristo. «Tenemos que ser olor agradable a Dios». «En tu casa debe haber Gloria de Dios, tiene que haber Espíritu Santo», finalizó.
Amado hermano, le esperamos todos los domingos en la Iglesia de Jesucristo El Caballero de la Cruz, a las 9:30am, en la Escuela Dominical: la espina dorsal de la Iglesia.
Mi Casa es. . . la Casa de Todos
CONÉCTATE