«Si tu ojo está dañado y no sirve, todo tu cuerpo estará en oscuridad. En esto nos referimos a visión espiritual, no a la córnea ni al iris», comenzó diciendo la pastora tomando como base bíblica la porción de Mateo 6:23 en una serie de predicaciones que nos llevan a reflexionar y entender que el 2015 es el año de cambios.

«Llegó el tiempo de cambios y de que la venda de los ojos sea quitada, de ser honestos, de ser luz en la tinieblas, de hacer las cosas bien. No hay peor ciego que el que no quiere ver. No hay peor ciego que el que tiene los ojos abiertos, pero su visión es cerrada», añadió la Pastora.

Quita la venda y abre los ojos y deja que Dios te quite lo que te tenga que quitar. «Quitar» significa arrancar de mi todo lo que me limita. El propósito de Dios para tu vida es luz y claridad, no luz y oscuridad. Se podrá engañar a muchas personas y aparentar muchas cosas, pero a Dios no se puede engañar.

«Hay que tener compromiso, pero compromiso genuino con Dios porque cuando me comprometo con Él soy buen esposo, esposa, hijo, hija, padre, hermano y ciudadano», dijo la pastora. Las decisiones hay que tomarlas firmemente o Dios se alejará, como establece Mateo 15:14. Hay que ser solidarios, ¿Qué estás haciendo tú para cambiar el futuro de este país?

Varios ejemplos demuestran la ceguera espiritual de personajes bíblicos:

  1. Eva y Adán – se dejó convencer por la serpiente pero al ella acercarse a Adán, este se comió el fruto; ¿a quién encomendó Dios el árbol del bien y el mal? A Adán; y se comió el fruto porque estaba ciego.
  1. la esposa de Lot – no quiso dejar todo lo que tenía porque su corazón estaba en Sodoma y Gomorra, estaba ciega porque el “tener” ciega.

“Dios no te ordenó a pecar ni a fallarle. Si lo hiciste, Él te perdona, pero te corresponde a ti ir a lavarte. Esto ocurrió con el ciego del que se habla en el evangelio de Juan. Ese hombre, más que ceguera regular, tenía ceguera espiritual y Jesús rompió con lo establecido en la Ley de Moisés y decidió limpiarlo, pero tuvo él que hacer la acción de moverse hacia el estanque de Siloé” puntualizó la pastora.

Mi casa… es la casa de todos; haz de mi casa, tu casa