Nuestro hermano Rony Alexander nos trajo una palabra de parte de Dios poderosa, a través de una dinámica. La misma consistía en describir cosas positivas que los demás veían en nosotros. Nos daba a reconocer lo que Dios verdaderamente pensaba de nosotros. Nos trajo el pasaje de Juan, capítulo 5, donde el paralítico esperaba a que se agitaran las aguas para poder entrar en el estanque y ser sano.  Nos exhortó, que de la misma manera en la que el paralítico deseaba recibir su milagro y ser sano, con tan sólo desearlo podemos pedirle al maestro ser sanos y libres de todo lo que nos estanca espiritualmente.

 

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