Confiando en Él

“He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.”- Mateo 1:23 (RV 60)

Como todo lo que hace Dios, el nacimiento de Jesús fue un suceso sobrenatural. Una mujer, que no había conocido en la intimidad a varón alguno, concebiría y daría a luz un hijo.

Esta joven estaba comprometida para casarse con un hombre llamado José.

José amaba a María y debe haber sufrido una terrible desilusión al saber que ella estaba embarazada de otra persona.

La Palabra del Señor dice que cuando José supo que su comprometida estaba esperando un hijo, como era justo no quiso infamarla y pensó dejarla secretamente.

Dios en Su omnisciencia sabe a qué persona escoge para llevar a cabo Sus propósitos.

La historia del nacimiento de Jesús es muy conocida en el mundo entero, pero debemos meditar en lo que ocurrió cuando se anunció su nacimiento y en dos de las personas impactadas en esa época por esa noticia.

María: sorprendida y sumisa ante el anuncio de ser madre de un ser divino. Aunque no entendía cómo, sabía que podía confiar en Dios y que el ordenaría todo sus caminos

“Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” – Lucas 2:35 (RV 60);   “Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia”… Lucas 2:38 (RV 60)

José: Desilusionado. Temeroso de dar un paso en falso ante la toma de decisiones que tenía que llevar a cabo por la noticia del embarazo de María.

Hay situaciones en nuestras vidas que solamente las puede resolver el Señor.

¿Cuál es el problema que te está afligiendo? ¿Por qué prueba estas atravesando? ¿Te sientes desilusionad@ porque alguien te falló? ¿No encuentras respuestas a las preguntas que te haces? ¿Te sientes confundid@, triste, acorralad@?

Siervos y siervas del Señor han pasado por las mismas situaciones que pasamos actualmente y aun peores.

Al igual que José y María debemos esperar y confiar en el Señor. Recuerda que El tiene un tiempo para cada cosa (Eclesiastés 3:1). En el Señor no hay errores.

El Ángel le dice a María: …”porque nada hay imposible para Dios. Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra.” (Lucas 1:36-37 RV 60).

Descansemos en los brazos del Señor. Confiemos en El y El hará…

 

||Español: Reina Valera (1960)||Lucas||1||35||Español: Reina Valera (1960)||Mateo||1||23