El miércoles 28 de octubre, en la Sociedad de Juveniles, llevamos a cabo un debate sobre el libro de Jonás. Este se realizó, no tan solo para conocer más de la Biblia, sino para que, al igual que Jonás, aprendamos a los beneficios de obedecer la voz de Dios. Durante el debate, aprendimos que a Dios no se le cuestiona y mucho menos se le sienta en la silla de los acusados. Muchas veces no nos gustará lo que nos envíe a hacer o nos dará miedo, pero debemos recordar que Dios llama y capacita y siempre da la victoria. Él nos ama y siempre tiene misericordia de nosotros.

Qué grato fue recordar cuando nos llevaban de niños a la escuela dominical y nos cantaban la canción de Jonás que dice: Jonás no le hizo caso a la palabra de Dios, por eso al mar profundo la gente lo tiró y vino un pez muy grande y «pum» se lo tragó, porque no le hizo caso a la palabra de Dios

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