¿Quién no ha oído el relato de Zaqueo que se encuentra en Lucas 19:1-10? Todos sabemos que Zaqueo era un hombre de baja estatura, recolector de impuestos y odiado entre el pueblo. Cuando Jesús entró a Jericó, Zaqueo quería verlo y se subió a un árbol ya que la multitud le impedía verlo porque era de baja estatura. Pasando Jesús, miró hacia arriba, lo vio y le dijo: “Zaqueo date prisa, desciende porque hoy es necesario que yo pose en tu casa” (Lucas 19:5-6).

Esto nos enseña muchas cosas tales como:

1. No hay impedimentos ni circunstancia que te impida llegar a tu objetivo: Zaqueo era odiado, enano y, aun así, quería ver a Jesús. Este no tan solo lo vio, sino que lo llamó y lo visitó a su casa.

2. Hoy Jesús te llama; quiere verte, quiere entrar a tu vida, cenar contigo y cambiar, no tan solo tu entorno, sino tu vida completa para bien. No pongas obstáculos entre tú y Dios. Él te quiere tal como eres. Que no te importe lo que los demás piensen de ti, déjalo entrar y que limpie tus pecados. Él quiere sanarte.

 

Mi casa es la casa de todos…