En la noche del 4 de octubre el Culto al Altísimo estuvo a cargo del Grupo Avivamiento, quienes a través de cánticos, exhortaciones y testimonios expusieron la palabra del Señor.

El hermano Ángel Oquendo habló a la congregación sobre 2 Timoteo 1:6 y 7

Por lo cual te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos. Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

«Anímese y cobre fuerzas porque el Espíritu Santo nos da las fuerzas necesarias para decirle a otros lo que Dios tiene para ellos», expresó el joven. «No seamos egoístas y demos de lo que el Señor nos dio. No temamos porque el Señor nos ha enviado. El Señor no nos ha dado espíritu de cobardía», finalizó.

Le siguió el joven Aníbal Morales, quien habló sobre la porción de Hechos 4:13

Entonces viendo el denuedo de Pedro y de Juan, y sabiendo que eran hombres sin letras y del vulgo, se maravillaban; y les reconocían que habían estado con Jesús.

Aníbal expresó que Dios hace como quiere y que escoge a lo menospreciado para avergonzar a lo sabio y para glorificarse. Contó a la iglesia que así le ocurrió a él: «Cuando no participaba en nada, sentía que moría y que callaba y mis huesos envejecían, pero Dios me llenó de su poder y de su Espíritu. Te exhorto a que te llenes del poder de Dios, y tú que no conoces a Cristo, acércate y sé verdaderamente libre, porque Él viene pronto y tú necesitas de Él».

El hermano Josué Ortega expuso, utilizando como texto de referencia el pasaje de Juan 14: 16 y 17

17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Expresó: «El Espíritu Santo te provoca a hacer cosas grandes y te provoca a hacer su voluntad. También te provoca a desear aprender más de Cristo, y a ser más como Él. Cuando llega el tiempo de angustia y crisis, el estar lleno del Espíritu te trae gozo y paz, y te llena de fuerzas y poder. Permítele que te llene de su Espíritu.»

Acto seguido, Alfonso Peña habló al pueblo sobre Hechos 4, porción que relata el discurso de Pedro y Juan ante el concilio. «A pesar de haber sido arrestados, ellos no dejaron de decir lo que habían visto y oído. En nosotros habita el Espíritu de Dios. Él nos impulsa a hablar con valentía y a expresar lo que Cristo hizo en nosotros, tal como lo hizo Pedro delante del concilio».

Entonces, al haber finalizado las exhortaciones, la pastora Iris N Torres procedió a ungir con aceite al pueblo allí presente. Dios se glorificó de manera sobrenatural: restauró, libertó y sanó.

El próximo domingo, sea parte de esta bendición.

 

Mi casa es la casa de todos