La palabra de Dios en esta noche fue extraída del Libro de los Hechos 28:1 y fue expuesta en labios de la Pastora Iris N. Torres Padilla. “El fuego encendido” fue el título de la predicación de esta noche. Es necesario que se entienda que el fuego es una bendición que permite al ser humano sobrevivir ante poderosas inclemencias del tiempo. Qué bueno es saber que hay “fuego encendido” en la chimenea para la supervivencia del ser humano en un momento de frío.

En la isla de Malta había incertidumbre y, Pablo, junto a los tripulantes, se preguntaba qué pasaría en tierra. Cuando estás en la voluntad de Dios, como era el caso de Pablo, aun los naufragios están en voluntad divina. Pablo estaba en la barca porque querían salir de él, pero Pablo sabía que estaba en la noticia de Dios aun cuando lo criticaron. Puede que tu barco esté a la deriva y esté a punto de zozobrar; Dios está en tu barca y tu vida no se perderá porque tienes un dueño y su nombre es Cristo. No importa cuánta dificultad veas al principio, si caminas en la voluntad de Dios, Él siempre tiene para el final algo mejor.

El fuego encendido fue la bienvenida para los 276 pasajeros. Eso es señal de que el fuego de Dios está encendido en la noche más oscura de la vida. Dios tiene otro final para esta tierra y, aunque los aires digan que para Puerto Rico todo está perdido, Dios tiene otro plan.

El fuego encendido nos revela la provisión de Dios para sus hijos. “No hay justo desamparado, ni su simiente que mendigue pan”. Cuando Dios te saca de una tormenta, Él se asegurara de que llegues sano y salvo a un lugar de refugio.  “Tu tormenta, tristeza y crisis no durarán para siempre”, indicó la pastora. Era necesario que Pablo naufragara para que llegara al destino establecido por Dios. “No enfrentarás ninguna tormenta que no te conduzca a un tiempo de paz y provisión. Te espera Malta y allí estará el fuego encendido”. Tu vida espiritual será otra cuando busques el fuego de Dios, fuego que calienta el alma, fuego que consuela el espíritu.

Llegó el momento de mantener el fuego encendido y de que los altares de esta Tierra bendita vuelvan a Dios. Una vez el fuego de Dios se enciende, no hay que encender otro. La palabra de Dios no se puede cambiar; Dios es santo y, sin santidad, nadie verá a Dios. No importa que el diablo se levante, MARANATHA; Cristo viene. En la isla de Malta, se encendió el fuego y calentó el cuerpo de aquellos tripulantes atribulados y cansados, pero el fuego del Espíritu produce un calentamiento permanente; ya Dios hizo provisión para la tripulación de tu alma.

¿Qué paso en la isla de Malta?… Continuamos la semana próxima…

Mi casa, es la casa de todos