Pasajes a considerar: Jeremías 23:5-6; Zacarías 6:9-15; Juan 19:1-5

En la clase del 13 de abril de 2014, nuestro maestro, Marcos González, nos presentó la clase: «¡Este es el hombre!». Durante la misma, discutimos las profecías de Jeremías y Zacarías, y cómo estas establecían que había de venir un Mesías, un Salvador, un «Renuevo». Ante la situación de subordinación política que vivía Israel en esos momentos particulares en que profetizaron estos hombres, el anuncio de un enviado por Dios era muy relevante.

Es importante denotar que en los momentos en que la voz profética de Jeremías-durante el proceso de la invasión- y Zacarías-durante el proceso de retorno- eran fuertemente escuchadas por toda la nación, Israel vivía dominada. Por ende, el enviado que había de venir era esperado como un libertador político, que liberaría a su pueblo de las garras de la opresión. El pueblo de Dios anhelaba que se restaurara la monarquía davídica, y disfrutar de los frutos de la autonomía. Sin embargo, las profecías hacían referencia a un evento más trascendental.

[quote align=»center» color=»#496673″]Los judíos aguardaban un Mesías político, lo cual tenía mucho peso para ellos.[/quote]

Muy diferente es la imagen del Mesías plasmada por Juan en su evangelio a lo que los judíos esperaban de su libertador. Juan relata que Jesús predicaba las buenas nuevas de salvación; pero no una salvación terrenal y pasajera, sino una que trascendía la muerte y la vida. Fue una libertad de las garras del pecado, y de sus inminentes consecuencias de muerte y de separación del Altísimo. Por esto, Jesús no fue entendido. Y al final fue crucificado, burlado y escarnecido ante los reclamos del pueblo, quien una vez lo recibió con manos abiertas en su extraordinaria entrada a Jerusalén.

Jesús es el Mesías. Él es quien había de venir; y vino, y cumplió hasta la última tilde la ley y lo predicho por los profetas. En Él se cumple la promesa hecha a Abraham, pues por Él (la simiente) «serían benditas todas las naciones» (Génesis 22:18). Nosotros como seguidores de Cristo, como dijera Él mismo, debemos proclamarlo como el Mesías. Él es nuestro libertador y salvador, y a Él se debe toda la gloria, honra y alabanza.

 

[quote align=»center» color=»#FF530D»]Mi casa es la casa de todos…[/quote]