Después de un domingo maravilloso donde las promesas de Dios se renovaron al salir el alba, llegó el momento de nuestro Culto al Altísimo nocturno en el cual la presencia de Dios se puso en manifiesto por medio de las alabanzas entonadas por nuestra hermana Diana Torres y Ángel Eduardo Pérez. La palabra de esta noche fue expuesta por nuestro hermano a César Rosado teniendo como base la porción de Lucas 4:17.

¿Alguien piensa en mí? ¿Alguien se preocupa por mí? La frustración lleva al desánimo, abandono, a querer soltarlo todo y a recriminar: «¿quién tiene la culpa de lo que me pasa?» Es aquí que evaluamos el desempeño de Dios hacia nosotros. El problema no es recriminar, sino que es en estos momentos donde Satanás toma ventaja de tu mente y te domina el pensamiento. En la vida de Gedeón, también llegó un momento en el cual se sintió frustrado ante el ataque de los madianitas. Sin embargo, Dios aseguró la victoria a pesar de la frustración y de la queja de Gedeón.

Otro personaje bíblico que estuvo frustrado ante la situación que estaba viviendo, ya que el pueblo no le escuchaba y le encarnecía, fue Jeremías. En el capítulo 20, desde el verso 7 en adelante, le expresa a Dios su sentir ante la situación con el pueblo. Sintió rabia, furia y dolor; sentimientos que muchas veces hemos sentido y que le hemos expresado a Dios. Tenemos que aprender a ver a Dios en nuestro momento de crisis de manera espiritual, porque si lo vemos de manera terrenal, si escogemos pensar que él no está o que se ha olvidado, nos frustaremos. Muchas veces no sabemos exponer nuestra situación porque vemos a Dios con nuestros propios ojos, sin saber que Dios siempre obra a favor de Su pueblo y que todas las cosas obran para bien para aquellos que conforme a su propósito son llamados.

Encomienda tu causa a Dios y él obrará a tu favor.

Mi casa, es la casa de todos