En medio de un ambiente de adoración donde Dios fue glorificado en gran manera al escuchar a diferentes jóvenes que estuvieron en retiro este fin de semana como parte de las actividades del año de la Sociedad de Jóvenes Luces de Sion, comenzamos nuestro culto. Dios no miente y siempre cumple su palabra. ¡A Él sea toda la Gloria!

Continuando con la serie de predicaciones sobre el Salmo 23, la pastora Iris N. Torres Padilla dio comienzo al Culto al Altísimo nocturno tomando como porción el versículo 5:

“Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando”

“No se puede llegar a Peniel sin antes pasar por Bethel porque allí es el espejo donde enfrento mi herida. Si algo me causa dolor hay que decirlo, cuando tenga deseos de llorar es momento de decirlo, no es el momento de quedarnos callados y esconder nuestro dolor. Santiago expresa en el capítulo 5:16 que debemos de expresar nuestro dolor para poder así ser sanados. No debes de preocuparte por lo que otros piensen sobre tu dolor; debes de ser libre de tu dolor confesándolo. La herida no se sana sola, la herida se limpia con agua y jabón y se deja al aire libre para poder ser sanada. Sin embargo, cuando algo nos duele, lo primero que hacemos es esconderlo y ponernos una careta que dice ‘todo está bien’ ”, comenzó expresando la Pastora.

Una vez le confiese a Dios mi dolor, Cristo saldará mi cuenta y aderezará mesa delante de mis angustiadores. No debes de buscar venganza, entrega a Dios tu problema. El día menos pensado Dios, colocará delante de ti esos que te causaron la herida, pero será diferente porque la herida ya está expuesta y confesada delante de Dios. Él mismo se encargará de realzar tu vida delante de aquellos que no creyeron en ti. El pastor acostumbraba a derramar sobre la cabeza de la oveja aceite combinado con azufre para ayudarla, curarla y protegerla. El peor enemigo de la oveja es la mosca porque esta crea una larva que hace que la oveja se ponga “loca” y comience a chocar su cabeza contra una roca para poder controlar su irritabilidad. No permitas que una mosca dañe tu vida, ni que el comentario de cualquiera te afecte porque Jehová con todo te recogerá y no permitirá que una “larva” te haga daño. “A Dios le interesa saldar tu cuenta, ungir tu cabeza para que aquello que te irrita no te hostigue más. Vive un día a la vez, lo que no pudiste resolver lo podrás hacer mañana, no permitas que nadie agobie tu corazón y dile que no te golpearás más contra la roca, que te quedarás quieto, que dejarás que Dios suavice tu herida porque aquellas ovejas que conocen a su pastor reconocen su voz, y si Jehová es tu pastor, nada te faltará”, culminó expresando la pastora.

Mi casa, es la casa de todos