En la mañana del 2 de octubre, nuestra pastora Iris N. Torres continuó con la serie de predicaciones sobre José. “Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.” A pesar de la situación en la que José se encontraba, la gracia de Jehová demostró estar de su lado en cada momento. José se convirtió en un triunfador. Pues no dejó que su medio ambiente determinara su gozo, su libertad y ni su convicción. Fue de bendición, y prosperidad para la casa de Potifar, porque el favor de Dios estaba sobre su vida.

Habían tres diciplinas que José tenía que aprender:

  1. Tenía que cambiar la túnica de colores, por el manto de criado. Dios le enseñó a José a trabajar. De esta manera aprendió humildad, y la importancia de obedecer órdenes. Debido a que José fue fiel en lo poco, el Señor lo promovió a cosas mayores.
  2. Aprendió a tener convicción. Fue íntegro a pesar de que se le presentó la oportunidad de fallarle a su amo; porque el íntegro es el que actúa correctamente aunque nadie lo vea. Solo los que tienen madurez piensan antes de dejarse llevar por la tentación.
  3. La perseverancia en medio del sufrimiento. “Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.” (Génesis 39:20) Logró controlar su apetito y su lengua, pues no difamó a la mujer de Potifar a pesar de haber sido ella quien falló. Comprendió que esperar en Dios es mejor que la desesperación.

 Jehová está contigo en cada momento. Sobre el hombre y la mujer con quien Dios está, hay prosperidad. Su plenitud lo cubre todo. Cuando el Señor está contigo no hay escasez. Triunfa en medio de tu crisis, persevera y verás la gracia de Dios sobre tu vida.