«Clama a mí y yo te responderé» (Jeremías 33:3). Iniciamos este gran Culto al Altísimo en oración. Nos reunimos temprano en la Casa de Dios para interceder. Una vez culminada la oración, nos unimos en adoración con Tsuarach. Nuestras voces se alzaron para exaltar a nuestro Salvador. Las canciones resonaron en cada uno de nuestros corazones.

Una vez culminado el devocional, el grupo de Somos Avivamiento subió al altar a adorar al Señor. La iglesia en sus pies junto al grupo alabamos a quien nos amó primero. Entre medio de las alabanzas, miembros del grupo dieron testimonio de lo que Dios hizo en el viaje misionero en la república de Costa Rica. Nuestro hermano Nefdiel compartió unas palabras: «El Señor nos llevó a donde nadie quería llegar. Pueden pensar que estamos locos, pero lo hacemos por obediencia porque amamos a aquel que nos amó.» Al culminar el testimonio, cantamos y comenzó nuestra hermana Cuqui: «Tenemos que dar lo que Dios nos ha dado. No podemos ser cristianos de bancas.» Luego tomó la parte nuestro hermano Ángel: «Sin duda esta viaje fue del Señor. Hay que llevar la Palabra. Quiero salirme de mi silla para cederla a otro.»

La Pastora finalizó con unas palabras: «Los dirigentes y sus secuaces confesaron a Cristo. Y el Infiernillo se llenó del fuego de Cristo. Predica, predica. Con una palabra tan sencilla como: ‘Cristo me hizo bien; Cristo salva. Ahora vivo para Él , Cristo me hizo bien’. ¿Cómo se hace? Háblale a tu vecino, en las filas del supermercado. Habla de Cristo». Le instamos a que nos acompañe en nuestras actividades evangelísticas; y únase y forme parte de uno de estos viajes misioneros. Dios cuenta con nosotros.

 

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