Sabemos que Dios nunca se aleja de nosotros, por el contrario, son nuestras acciones las que nos alejan del Señor. A continuación, algunas de las cosas que hacen que nos alejemos del Padre:

  1. Desenfocarnos
  • Nuestras prioridades deben estar en su lugar.
  • Lucas 9:59-60 y Lucas 10:38-41 nos presentan dos ejemplos de personas que no disfrutaron el tener a Jesús de frente por preocuparse por otras cosas primero.
  • Enfócate y “Deja que el Espíritu te revele lo que Él hará.” –Estrella Colón.
  1. Bendiciones
  • Tal vez parece ilógico pensar que las bendiciones nos pueden alejar, pero existen dos tipos de bendiciones:
  • Las que Dios nos da
    • No podemos poner las bendiciones que Él nos da por encima de Él mismo. Por ejemplo, si Dios nos abre las puertas para trabajar en algún lugar, no podemos permitir que ese nuevo empleo pase a ser primero que Dios en nuestras vidas.
  • Las que buscamos
    • Procuremos no recibir nada, por más bueno que parezca, sin estar seguros de que esto viene de parte del Señor.
    • “Andar fuera de la voluntad de Dios en plena conciencia es la vida más miserable que se puede tener.” –Eduardo Hernández
  1. Hábitos
  • Como jóvenes cristianos tendremos que enfrentar la tentación. Sin embargo, 1 Corintios 10:12-13 nos exhorta a que nos alejemos del pecado, pero recordemos que Dios es fiel y no nos deja ser tentados más de lo que podemos resistir.

En ocasiones nos aferramos a cosas que nos lastiman emocionalmente, como la soledad. Debemos recordar que Cristo nos hizo libres y que, por tanto, no podemos darle espacio a la depresión en nuestra vida. Esto no significa que en algún momento no nos vayamos a sentir solos o tristes, pero debemos procurar que este sentimiento no se convierta en un hábito.