Esta es una noche especial, noche de recuerdos. Celebramos la memoria de nuestro amado  Rafael Torres Ortega, siervo de Dios, pastor de muchos. Un hombre distinto, particular, fuera de su época, hombre de Dios. La iglesia, y los que han sido impactados por el ministerio de este hombre, se dieron cita para adorar a nuestro Dios y agradecerle por la vida de este gran pastor.

Dando inicio a este culto especial, Tsuarach entonó melodías al Rey de reyes y Señor de Señores.  Adoramos juntos a este grupo de adoración y fuimos dirigidos a su hermosa y consoladora presencia. La Coral de Fe se acomodó en el altar. De pronto inundaron los aires con su melodía. Es hermoso adorar a nuestro Dios. Una vez culminada la parte de nuestra coral, Claribel Hernández Colón tomó el estrado. En una semblanza elocuente y con tonalidades poéticas recordaba a su pastor amado: “Si puedo llamarme pastora, fue porque tuve un pastor que me formó”, confesó.

Y la parte más importante, la exposición de la Palabra de Dios, fue impartida por el esposo de Claribel Hernández, Luis de Jesús Ginestre (Pastores de Casa de Júbilo de Orlando):

Josue 3:1-3 “Cuando el pueblo se enteró que tenía que esperar un tiempo antes de cruzar, se desesperó. Uno se desespera. Dios le dijo que esperara en Sitin. Esta casa está en el tercer día. Ya han vivido dos días. Cada uno ha sido un trato de manejo. Esta casa por su madurez y obediencia, ha llegado el tercer día. Mañana cruzaremos el Jordán. Estos tres días, eran un momento de arduo trabajo del Espíritu Santo en el pueblo. Cada vez que vayas a subir un escalón, tendrás una experiencia; como el pueblo tuvo en Sitin. Dios tendrá que manejar situaciones en nosotros, que nos prepararán  para nuevas etapas en nuestras vidas.

Dios desea y debemos ser “de manos limpias y de corazones puros”. La santidad es una separación. Cuando usted le entrega su vida a Dios, y le permite el manejo del Espíritu, comienza el proceso de la santidad. No es un hecho, es por gracia. Es un requisito para ver a Dios.  Tenemos que ser gente santa, es un estilo de vida, una manera de ser. Vas adoptar una nueva mentalidad. Dios no quiere que lleves tu pasado a la tierra prometida. Dios tiene que cortar con eso en Sitin antes de cruzar el Jordán. Para este Jordán no requería a Moisés, sino a Josué. Moisés no contaba con las facultades para cruzarlo, por eso Dios levantó a Josué. Nuestra pastora no lo puede cruzar sola. Hace falta un pueblo. Veo los rostros del pueblo que cruzará el Jordán. Usted tiene un llamado, usted cumple el suyo junto a ella (pastora)”, finalizó.

 

Mi Casa es. . . la Casa de Todos