Los salones de la Academia Fundación de Educación Cristiana son sede de la enseñanza bíblica todos los domingos por la mañana. En uno de estos salones, dirigido por el maestro de la Palabra Orlando González, hoy sustituido por el hermano Abel, se discute la lección bíblica correspondiente, complementándolas con temas relevantes de enveragadura. Nos centramos en el libro de los Hechos 18:1-11: 18-21 y utilizamos como referencia la revista El Discípulo.

«Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, y no calles; porque yo estoy contigo, y ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. Y se detuvo allí un año y seis meses, enseñándoles la palabra de Dios. Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto. Y llegó a Efeso, y los dejó allí; y entrando en la sinagoga, discutía con los judíos, los cuales le rogaban que se quedase con ellos por más tiempo; mas no accedió, sino que se despidió de ellos, diciendo: Es necesario que en todo caso yo guarde en Jerusalén la fiesta que viene; pero otra vez volveré a vosotros, si Dios quiere. Y zarpó de Éfeso.» (Hechos 18:9-11; 18-21)

La Palabra tiene que ser predicada

«La Palabra tiene que ser predicada», promulgó el maestro.  El predicar el Evangelio debe ser una de las prioridades de la iglesia. Una igleisa que no evangeliza es una iglesia que ha perdido su norte. No obstante, igual de importante, sino más, es el discipular. El Señor nos dejó la Gran Encomienda de predicar y hacer discípulos. El discipulado es el proceso fundamental que proporciona las herramientas necesarias para caminar por la vereda que el Maestro nos ha trazado. Esta nos adiestra para poder caminar y emprender un camino personal con Dios. Y esta, a su vez, nos capacita para evangelizar. Los rudimentos básicos del Evangelio son imprescindibles, no se pueden obviar. La iglesia primitiva nació con ellos y hemos aprendido su ejemplo; debemos volver a nuestro modelo.

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