Comenzó el Culto al Altísimo con oración. La oración del justo puede mucho, registra el libro sagrado. Luego de interceder y clamar a nuesto Dios, el grupo Tsuarach entonó alabanzas al Rey de Gloria. ¡Cuán hermoso es adorar al Señor, quien nos dio la vida y continúa operando su Espíritu en pro de nuestro crecimiento y nuestro bien! Su presencia se hizo sentir de manera especial.

Los jóvenes del Grupo de Avivamiento expusieron palabra de testimonio en torno al libro de los Hechos y otros libros relevantes. Una palabra poderosa, por cierto. Los testimonios eran intercalados con alabanzas. Todos en una adorando al Dios eterno. ¡Gloria a Dios! Cada testimonio expuesto hablaba acerca de experiencias propias y palabra para instruir y edificar a la iglesia en nuestro caminar cotidiano con el Señor.

¿Cómo se puede tener paz en mendio de la tormenta? Nosotros sabemos que Dios está en la barca. Y aunque no esté en la barca, sus ojos desde el monte están fijados en ti

Al finalizar el Grupo de Avivamiento de testificar, la pastora Iris N. Torres se dirigió a la iglesia. Expuso de manera relajada e instructiva una pocas palabras. «No mires al hombre, eso lo aprendí. Mira a Cristo», enfatizó la pastora. «¿Cómo se puede tener paz en mendio de la tormenta? Nosotros sabemos que Dios está en la barca. Y aunque no esté en la barca, sus ojos desde el monte están fijados en ti». De pronto entonó un himno con la banda de la iglesia y adoramos al Señor por su gran bondad.

 

Mi Casa es. . . la Casa de Todos