«La obediencia trae consigo bendición», así tituló la prédica nuestra hermana Victoria Sotomayor. En la Biblia vemos muchos hombres y mujeres que obedecieron la voz de Dios y que no dudaron en decir o hacer lo que este les mandara. Uno de los ejemplos es Noé, que no obstante las burlas y lo que sus ojos terrenales veían, este decidió creer y hacer la voluntad de Dios. Este vio lo que Dios es capaz de hacer y al final del proceso vio su bondad, misericordia y bendición la cual fue que se salvara él y su familia de la destrucción, salvar una pareja de cada especie, tener consigo semillas para todo volviera a ser como al principio de su creación y como evidencia de su maravilla el arcoíris para que se sepa de su promesa que nunca más iba a destruir la tierra con agua.
Otro ejemplo lo es Abraham, quien escuchó una voz de que debía salir de una ciudad con su familia. Otro es David, que esperó el tiempo de Dios y no mató a Saúl y su bendición fue que tuvo uno de los reinados más poderosos de toda la tierra. Por último, Sotomayor mencionó a Pablo, quien se llamaba Saulo de Tarso y que perseguía y mataba a los cristianos. Luego de chocar con el Caballero de la Cruz su nombre fue cambiado a Pablo y se volvió un provocador de la presencia de Cristo. Como consecuencia, su ministerio fue grandioso.
Dios recompensa la obediencia. Sé fiel a tu Dios…
Mi casa es la casa de todos
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