Salmo 23:1-5; Deuteronomio 7:13

En el culto de hoy (30 de marzo de 2014), la pastora Iris N. Torres habló sobre el significado de ser ungido por Dios y las implicaciones que este hecho conlleva.

Cuando hablamos de ungir, debemos mencionar el aceite.  El aceite se relaciona con cobertura, con unción.  El aceite del que se habla en la Biblia, era realizado a partir de la primera prensada de la oliva. Cuando la Biblia habla de «Tierra bendecida» se refiere a aquella en la que fluye miel y aceite. Por lo tanto, este último es prototipo de bendición; de presencia. El aceite era un artículo valioso que se empleaba para varios propósitos; entre los que se encuentran los alimentos, unción de reyes, sacrificios de ofrenda de alimentos delante de Dios (Lev. 2), como ingrediente para la santa unción (Ex. 2) como perfume, como combustible para la lámpara. El aceite es representativo, a su vez, del Espíritu Santo (Mt. 25).

No todo el que habla es ungido por Dios.  Hubo varios reyes que fueron ungidos con aceite; entre ellos Saúl (ungido frente al pueblo), David, Salomón, Joas, Azael, Jehú.  De igual modo se ungían los profetas (Salmo 105:15). Por esta razón, explicó la pastora, es que no debemos hacer mal a un ungido de Dios, porque «el que se mete con él, lo hace con Dios mismo».

Este aceite de la unción era uno especial. Solo era preparado por Moisés, de la misma manera que eran consagrados.  En este tiempo, no es fácil servirle al Señor, mucho menos si no estamos ungidos. Necesitas unción; para vencer la tentación, para vencer las crisis de fe, para ser fiel, para ser perseverante. «Sin unción no se puede», explicó la pastora.

«¿Hasta cuándo hay que estar detrás del hombre? ¿Hasta cuándo hay que llamarte? Va a haber un día en el que Dios no te insistirá, ni te llamara más. Dios está comprometido a llamarte una sola vez», continuó la pastora. El ungido no se molesta fácilmente, ni murmura, sino que es un hombre comprometido.  Se nos olvida que Dios es el amo del universo y quien todo lo hizo, el dueño de todo. Aquellos que le hemos abierto nuestro corazón somos ovejas de su prado.  Sin embargo, en ocasiones, decimos estar comprometidos con Dios y con la obra, pero nuestros hechos dicen lo contrario.  Dios quiere capacitarnos, pero queremos un avivamiento sin estar comprometidos.  Si la Biblia es un regalo infalible de la verdad, debes ser responsable. La unción así lo requiere.

¿Qué produce en mí ser ungido por Dios?

-cobertura

-me prepara para la guerra espiritual

-me capacita

-me hace bien

Atrévete a hacer cambios, decídete a ser un agente de cambio en tu comunidad. Decídete a dejar de conformarte con poco y a ver lo grande que Dios tiene para ti, decídete a dejar la religión y cambiarla por el poder del evangelio, decídete a cambiar este país.  Las puertas de esta casa están abiertas para todo el mundo, sin importar su pasado; porque creemos en un Dios de misericordia. El cambio no lo hace la religión, lo hace el evangelio.

No te olvides que Dios tiene un plan. Recuerda que…

[quote align=»left» color=»#FFF611″]Mi casa es la casa de todos…[/quote]