¡La gloria y la honra sea a nuestro Dios! Adoramos junto a Tsuarach este domingo 29 de marzo, y cantamos a nuestro Salvador. La presencia del Señor se hizo sentir hermosamente durante el devocional. Era un destello de lo que habría de ocurrir en el resto de la noche. Concuido el devocional, procede nuestro hermano y ministro del Señor, Freddy Díaz, a exponer la poderosa Palabra de Dios en su estilo avivado de ministrar. Por cierto, una prédica llena de poder y una invitación a volver a Pentecostés.

“Antes de Pentecostés él sopló y  les dijo: “recibid al Espíritu Santo”. Cuando aceptaste  al Señor llegaste a tu casa con el Espíritu santo. La iglesia nació bajo el poder del Espíritu Santo. La bendición vino del gobierno de arriba. Ese fue el avivamiento del 30 en este país. Y dice la historia que comenzaron a orar, y a eso de las 11:30 calló la gloria de Dios: en la Calle Comerío, Dajaos, Juan Domingo”, exclamó el predicador.

“Bajo esa gloria, Moisés baja de ese monte, y no lo conocían. (Éxodo 19: ; 33:18-23) Tiene que seguir la llama ardiendo, el fuego siga bajando. El enemigo de las almas tiene un ejército listo para atacarnos. Necesitamos estar en el campamento de Jehová, llenándonos de las armas de Cristo. La fragancia tuya y el perfume de Dios en ti, tu perfume le da alergia al diablo. Espíritu Santo o nada. Si no hay unción, cuidado. Éxodo 3:18-23 “te ruego que me muestres tu gloria”, continúo.

Espíritu Santo o nada. Si no hay unción, cuidado

“Tenemos que seguir ardiendo. Tenemos que oler a Pentecostés. Es necesaria la oración. No importa que tengas credenciales, mis credenciales son el poder del Espíritu. Tenemos que acordarnos de esos días de Pentecostés. La Biblia dice que no comió Daniel. Pero por la fe se mantuvo. Y cuando le preguntaron si su Dios lo había salvado, le dijo «hay varios leones, pero aquí se metió el león de la tribu de Judá».  El pueblo no puede entrar en preocupación por las malas noticias. La solución no está en el gobierno, está en la iglesia. Pero cuando estamos enfermos es cuando debemos cantar. Allí es que es bueno. La gloria de Dios tiene que seguir”, finalizó.

Al finalizar el predicador, hizo el llamado para las personas que necesitasen la oración. Es extraordinario el que oremos los unos por los otros, y nos alentemos a seguir hacia adelante y hablar de lo que Dios ha hecho en nosotros. En este ambiente de misnitración el Espíritu Santo fue más que palpable. Las vidas fueron confortadas y el poder de Dios revitalizó a muchos a proseguir en este caminar, y continuar con nuestra Gran Comisión. Gloria a Dios por Su Espíritu. «Espíritu Santo o nada», enfatizó Díaz.

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