“Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” (Filipenses 4:13) ¡Iglesia, todo! El dolor, la tristeza, la enfermedad, la crisis. La última palabra no la tiene el gobierno, ni la junta de control fiscal; la última palabra la tiene el que está sentado en el trono.

2017 es año de Bendición, y en tu boca está el poder de la vida y de la muerte. Por eso tenemos que ser cuidadosos con toda expresión que hacemos. Aquellos que amamos a Dios, aquellos que procuramos servir a Dios tenemos que tener cuidado con lo que sale de nuestros labios. Si el Dios del cielo y de la tierra te dice que Él levanta su rostro para ti, Iglesia. No es para el país, es para su Iglesia. Si Él dijo que levanta su rostro a su favor, entonces declara con tu boca, no que tu Bendición viene de camino, sino que ya es. Si no lo crees, seguirás siendo esclavo de tus circunstancias. Los problemas nunca van a terminar. Uno se resolverá y aparecerá otro. Eso es parte de la vida, de la naturaleza humana. Pero aparece Cristo, quien nos ofrece la justificación y acceso al Padre. Y ese mismo Dios te dice: “Este año estás en mi agenda.”

 Aprende a creer en lo que no ves. La fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve. Dios no quiere que su pueblo viva en derrota, ni lleno de dolor. Todo es pasajero. Todo pasa, pero el amor de Dios sigue para siempre. Tu vida y la mía le pertenecen al Señor.

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33)

 

 

-Pastora Iris N. Torres Padilla